El pontífice, que llevará el nombre de León XIV, nació en Chicago el 14 de septiembre de 1955 y desde 2015 posee la nacionalidad peruana. Ha sido elegido como el 276.º Sumo Pontífice en la cuarta votación del Cónclave.
Robert Francis Prevost ha sido elegido como el nuevo líder de la Iglesia Católica y tomará el nombre de León XIV. Nacido en Chicago, Estados Unidos, en 1955, también posee la nacionalidad peruana desde 2015 y mantiene residencia en Chiclayo, ciudad a la que dirigió unas sentidas palabras durante su primera bendición pública como pontífice.
“Un saludo a mis queridas diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo”, dijo el nuevo Papa desde el balcón de la Basílica de San Pedro. Robert ejerció allí como misionero, administrador apostólico y obispo, ganándose el afecto de una comunidad que hoy lo celebra desde el norte peruano.
Camino al papado
Robert Francis Prevost ingresó a la Orden de San Agustín en 1977, emitió sus votos en 1981 y se especializó en Derecho Canónico en Roma. Su labor pastoral comenzó en Perú, con misiones en Piura y Trujillo, consolidándose con su nombramiento como obispo de Chiclayo en 2015, ya con nacionalidad peruana.
En 2023, el Papa Francisco lo designó prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los cargos más influyentes de la Curia Romana. Su capacidad como mediador y su visión global le otorgaron reconocimiento dentro de la Iglesia. Con 69 años, se convierte en el primer Papa estadounidense y el primero en pertenecer a la orden agustina.
Desafíos en la era digital
El experto español en comunicación digital, Alberto Chinchilla, señaló en una entrevista con ACIPRENSA que el principal desafío de León XIV será continuar el legado comunicativo del Papa Francisco, quien transformó la relación del Vaticano con el mundo digital.
«El nuevo Papa necesita una estrategia clara para preservar la conexión emocional con el público», sostiene Chinchilla, quien recuerda el interés genuino de Francisco por la comunicación digital. «Le fascinaba ver qué mensajes se publicaban, tenía verdadera curiosidad y se desenvolvía con total naturalidad en el entorno digital. Si hubiera podido, seguramente habría tuiteado personalmente», señala.
Además, destaca que Francisco ya recurría a herramientas como WhatsApp para enviar videos a sus amigos, reflejando su estilo de comunicación espontáneo y cercano, una característica que también marcó su relación con los periodistas.
Por otro lado, indico que, en un mundo hiperconectado y con audiencias fragmentadas, la comunicación papal exige claridad, empatía y presencia activa. “No se trata solo de redes sociales, sino de transmitir mensajes entendibles para todos, desde un niño hasta un adulto mayor. Si el Papa no comunica bien, su mensaje se pierde entre las columnas de San Pedro”, advierte.
Mejorar la estrategia
Alberto resalta que, para que la comunicación del nuevo Papa sea efectiva, “debe haber un equipo que trabaje estratégicamente en construir y difundir una nueva narrativa para el mundo”.
“Hemos visto al Papa participar en todo tipo de entrevistas, abordar temas como el aborto, el sexo o la eutanasia con jóvenes de diversas ideologías, creyentes o no. El nuevo Papa también debe estar presente en esos espacios”, afirma.
León XIV enfrenta un gran desafío, especialmente ante una nueva generación que espera que el enfoque comunicativo del Papa Francisco continúe. Con el apoyo de la tecnología y una estrategia efectiva, su misión será fortalecer el vínculo de la Iglesia con más personas y renovar su conexión con el mundo moderno.