Mercado Negro entrevistó a Jorge Carrillo, docente de Pacífico Business School, quien aclaró las dudas en torno a lo aprobado por el Congreso y lo comunicado por la presidenta Dina Boluarte.
El pasado 5 de septiembre, el gobierno reglamentó la nueva Ley del Sistema Previsional (ley N.º 32123, aprobada por el Congreso el 29 de mayo del 2024). Este documento estableció cambios importantes que entraron en vigencia al día siguiente.
Dentro de las modificaciones, destaca la pensión mínima (600 soles mensuales) pagada por el Estado, que está dirigida a quienes realicen un mínimo de 240 aportes en la AFP y no efectúen retiros de fondos a partir de la entrada en vigor de la norma.
Asimismo, introduce la afiliación automática a la ONP: a partir del junio del 2027, al cumplir 18 años, todo ciudadano deberá elegir entre una AFP y la ONP. Cabe recalcar que, de no manifestar su voluntad, será afiliado automáticamente a la ONP.
Limitaciones de retiro y ahorros complementarios
La normativa actual elimina el retiro del 95,5% para menores de 40 años. Esto quiere decir que, al cumplir la edad de jubilación, los afiliados a las AFP solo podrán elegir entre una pensión vitalicia o una pensión programada. También aplica los nuevos afiliados, de cualquier edad.
“El sistema de pensiones tiene que cumplir su fin, sino sería un sistema de ahorro forzoso. Más allá de que las compañías de seguros deban mejorar sus formas, métodos y el servicio que brindan a los afiliados, eso no puede ser una excusa para autorizar retiros, corriendo el riesgo de que ese dinero sea gastado sin mirar a futuro”, detalla Jorge Carrillo, docente de Pacífico Business School.
En tanto, desde diciembre de 2026, una pensión por consumo destinará el 1% del consumo con boleta de venta electrónica como fuente de ahorro complementario para la jubilación. El consumo máximo anual permitido será de 8 UIT (42.800 soles en 2025). Carrillo comenta que la medida pretende mejorar las pensiones mensuales para que incrementen. No para que sea una fuente exclusiva, pero sí para evidenciar mejoras.
Además, la nueva ley establece un aporte previsional obligatorio para los independientes formales, es decir, quienes están bajo la modalidad de recibos por honorarios. Este irá incrementando gradualmente, iniciando con 2% en 2028 hasta llegar a 5% en 2034.
Al respecto, Carrillo indica que ello busca adaptarse a la forma en la que el peruano suele trabajar. “Muchos oscilan entre la planilla y la modalidad de recibo por honorarios e incluso de manera informal, sin ningún documento. La idea es que siga aportando durante esos altos para que todo eso contribuya a su pensión”, explica.
Para impulsar mayor competencia, otras empresas financieras como aseguradoras, bancos, financieras, cajas o cooperativas de ahorro y crédito podrán administrar los fondos de pensiones. Por último, se ha incrementado la edad mínima parta acceder a la jubilación anticipada de 50 a 55 años.
Confusión y populismo
Debido a los puntos señalados, el sábado 13 de septiembre hubo una protesta de la población, que hizo sentir su descontento y malestar por la reglamentación descrita. Desde la Plaza San Martín, ciudadanos de diversas edades marcharon con carteles como “AFP, reforma abusiva” o “No + AFP”, siendo muchos de ellos reprimidos con bombas lacrimógenas por las fuerzas policiales.
Al día siguiente, la presidenta Dina Boluarte señaló que su gobierno «ha tomado la posición de opinar favorablemente» sobre un octavo retiro de la AFP. Como se recuerda, durante la pandemia se aprobaron retiros anticipados por la crisis económica.
Boluarte aseguró la decisión había sido tomada luego de proceso de coordinación con Raúl Pérez Reyes, ministro de Economía y Finanzas. Ello pese a que este lo había descartado escasos días antes.
Según la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), 26 mil millones de soles (casi 2 puntos porcentuales del PBI) serían liberados con el nuevo retiro de la AFP anunciado por Dina Boluarte. Carrillo sostiene que la medida es populista y advierte que este retiro sería más perjudicial que los anteriores.
“Expresamente, si uno retira ahora, perderá el acceso a la pensión mínima, que es una de las propuestas de la reforma. Si el prejuicio antes era tener menos pensión en el futuro, no tener una buena vejez; ahora será mucho más tangible por la pensión a la cual no se va a acceder”, alerta Carrillo.
Sin embargo, el docente de Pacífico Business School especifica que esto tiene que seguir su debido proceso. “La Comisión de Economía tiene que impulsarla, debe aprobarse e ir a pleno y, hasta que empiecen los retiros, serían por lo menos tres meses. Yo le daría a finales del 2025, principios del 2026”, acota.