La campaña “The Royal Will”, trabajada por la agencia DAVID Nueva York y producida por Rebeca Producciones, busca responder a la insólita pregunta, a través de un abogado al que le encargan la constitución del testamento de un jugador de Clash Royale.
Los gamers invierten tiempo y dinero en sus juegos favoritos. De manera que tantos años siendo parte de un multiverso y una comunidad les permite acumular galardones y baluartes.
Sin embargo, en la vida real, así como en el mundo digital, tarde o temprano uno deja de estar en el plano de los vivos. La diferencia radica en que, al momento de redactar un testamento, no se suele incluir el legado de los gamers, es decir, todo lo que consiguieron desde su cuenta de usuarios.
“The Royal Will”
Este insight fue explorado por la agencia DAVID Nueva York para el videojuego Clash Royale de Supercell. La campaña “The Royal Will” fue producida por Rebeca Producciones con la dirección de Diego N. Irigoyen.
El objetivo de “The Royal Will” era atender la siguiente pregunta: ¿qué sucede con los tesoros y cuentas de juegos de gamer cuando fallece? La narrativa de la propuesta publicitaria gira en torno a un abogado al que le encargan la constitución del testamento de un jugador de Clash Royale.
La pieza publicitaria muestra los pormenores de la elaboración ficticia de un testamento digital para que los gamers elijan a un heredero para sus recursos y progreso obtenidos. Asimismo, el video recrea situaciones familiares sobre el reparto de una herencia, pero adaptadas al universo gaming.
De esa manera, Clash Royale se convierte en el primer videojuego en plantear una solución a ese escenario. Esto ofrece a los jugadores una forma de convertir sus logros virtuales en legados perdurables.