La recaudación de la película de 1959 obtuvo nueve veces lo invertido en la filmación, mientras que el largometraje del 2016 ni siquiera recuperó lo que demandó su presupuesto.
La Semana Santa no solo implica un tiempo de reflexión, sino también un espacio de ocio por el feriado largo. Por eso, algunos aprovechan para hacer turismo y otros siguen tradiciones religiosas, dentro de las cuales destacan películas caracterizadas por dicha temática.
En ese sentido, la historia de Ben-Hur es ya un clásico para el público laico. La película de 1959 realizada por Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) está situada en la Antigua Roma y es protagonizada por el gran Charlton Heston, quien interpreta a Judá Ben-Hur, príncipe de Judea que es traicionado por su amigo de infancia y enviado a prisión.
Ante esto, él promete recuperar su libertad para ejecutar su venganza. La película de tres horas y 32 minutos fue dirigida por William Wyler y tuvo el presupuesto más alto para una filmación de la época: 15 millones de dólares.
Si bien se trató de un remake de “Ben-Hur: A Tale of the Christ” (1925), el largometraje logró ser el más taquillero de ese año. Asimismo, recibió 11 premios Óscar, entre ellos, mejor película, mejor director y mejor actor. El reconocimiento al filme no solo se evidenció con los galardones entregados por la Academia, sino que también se vio reflejado en la recaudación de taquilla. Ben-Hur recibió 146,9 millones de dólares, es decir, más de nueve veces la cantidad invertida.
Lo que funcionó en el pasado, no siempre aplica al presente
Tras ello, MGM decidió hacer una nueva versión de Ben-Hur 57 años después. De ese modo, en el 2016 lanzó un nuevo remake, dirigido por Timur Bekmambetov, de dos horas y tres minutos de duración.
Dicho proyecto tuvo un costo estimado de 100.000.000 dólares y contó con la participación de actores como Jack Huston y Morgan Freeman. Pese a ello, las críticas no fueron favorables y quedó en sexto lugar durante el fin de semana de su estreno en Estados Unidos, recaudando solo 11,2 millones de dólares.
Además, el fracaso rotundo quedó demostrado con la recaudación mundial de taquilla de 94.061.311 dólares. Esto quiere decir que la película ni siquiera recuperó lo invertido y, por consiguiente, la compañía MGM se vio obligada a pagar un cargo por deterioro de 48 millones de dólares.