Terminar la jornada laboral más temprano cada viernes de enero, febrero y marzo puede incentivar a los trabajadores de una empresa. Sin embargo, el horario de verano también plantea una serie de desafíos.
Enero ya está llegando a su fin, pero la intensidad del verano solo va en aumento. En ese contexto, un gran número de empresas ajusta su horario laboral a la temporada cálida. El horario de verano permite a los trabajadores salir temprano los viernes para que el fin de semana comience antes. De acuerdo con la Cámara de Comercio de Lima (CCL), estos son los pro y contras de la medida.
El horario de verano es una tendencia que se aplica a todos los viernes de enero a marzo; es decir, el verano en Lima. Así, los trabajadores dan inicio a sus planes de verano antes de tiempo. Lo habitual es que trabajen solo la mitad de la jornada. Ese es el análisis de Romina De Benedectis, socia y directora general de Logra Headhunters.
Ventajas del horario de verano
Fomenta la productividad. Es probable que la productividad se vaya al alza. Con las horas de permanencia en la oficina reducidas, los trabajadores tienen más planificación y concentración.
Suscita cercanía entre compañeros de trabajo. ¡Una estrategia para mejorar el ambiente laboral! Con más tiempo libre es fácil que se generen espacios para participar en reuniones, almuerzos y más. Además, con ello se brinda más satisfacción laboral y un ánimo positivo en las oficinas.
Más consideración hacia la entidad de trabajo. ¿A quién no le agrada empezar el fin de semana el viernes por la tarde? Implementar el horario de verano será un beneficio que valore el trabajador. Con ello se multiplica al agradecimiento a la empresa y el compromiso con la misma.
Se reducen los costos de electricidad. Si los trabajadores asisten menos horas a la oficina, el consumo de energía eléctrica disminuye. Cabe resaltar que se recortan las necesidades de iluminación y aire acondicionado. Es decir, produce un ahorro económico para la compañía.
Las desventajas de esta modalidad
No es un derecho laboral. Lamentablemente, no es avalado por la ley. Por ello, “si el empleador decide omitir la norma podría generar un ambiente de disconformidad entre sus trabajadores”, señalan desde la CCL.
Los pendientes de último momento. Las tareas imprevistas podrían ocasionar malestares. Por ejemplo, si un colaborador debe resolver una tarea deberá quedarse más tiempo en la oficina. Lo que podría provocar una disconformidad.
Áreas en las que no se aplica. Secciones como operaciones o atención al cliente podrían sentir que tienen diferencias en los beneficios.
Finalmente, el retorno al horario habitual. Dejar el horario de verano puede ser un desafío para los empleados. Por ello, requeriría de un periodo de adaptación.