Que la foto de un producto resalte entre las miles de imágenes que existen en la red social es una necesidad. ¿Cómo se logra?
#FoodPorn es el famoso hashtag que viene influyendo en los negocios de la industria alimenticia y en la vida de los usuarios que gustan de navegar por la red social Instagram.
Un reciente estudio ha revelado que esta industria, la pizza es la comida más etiquetada con más de 35 millones de menciones, superando así a las celebridades Beyoncé y Kim Kardashian combinadas.
La data no hace más que demostrar el apetito que tienen los instagramers por fotografiar sus platos y colgarlos en las redes sociales. Fue así que nació #FoodPorn, el hashtag que es sensación en Instagram.
Que la comida entra por los ojos no es un concepto recién inventado, pero sí lo es que este se aplique a través de los teléfonos celulares, es decir de forma virtual. Y como las fotos no permiten ni oler el aroma ni saborear los platos, se debe confiar en el poder que tiene una buena foto para despertar el deseo de comer aquello que se ve. A esto también se le conoce como “food porn”, el porno de la comida.
Al respecto, la instagramer Rebecca Milford, quien edita la página web Bar Chick, asegura que una buena imagen es un factor clave para la subida de los restaurantes en las rede sociales. «Tengo amigos que van a la cuenta de Instagram de algún restaurante y eligen lo que van a comer según lo que ven. Ni siquiera se molestan en mirar el menú”, dice.
Tanto es el poder de este fenómeno en redes que algunos restaurantes facilitan, sin costo alguno, equipos fotográficos a sus comensales para que estos tomen fotografías para sus redes sociales, estos contienen entre otras cosas un pequeño foco, una fuente de alimentación, una lente de ojo de pez y un palo selfie.
“Las fotos deben tener un atractivo que merezca la etiqueta foodporn, también hay #quesoporno #yemaporno; lo importante es lo que irradia», agrega Milford.
Para Natalie Seldon, estilista de comida y escritora, la composición de la foto también es clave. «Cuanto más de cerca, mejor. A la gente le encanta ver la comida grande en pantalla. Y las capas también son excelentes, especialmente con las hamburguesas…afortunadamente hay buenas herramientas de edición. El otro truco es usar algo como un iPad u otro teléfono como luz adicional«, aconseja.
Y si bien la comida es el foco del asunto, el apoyo en redes sociales de una celebridad puede suponer un punto de inflexión para cualquier marca.
Es el caso de Georgia Green, una pastelera y decoradora de tortas de la ciudad de Londres que un día trabajó un encargo para la modelo Cara Delevingne y al otro su cuenta de Instagram pasó de tener 100 seguidores a 6 mil.
Esta práctica del movimiento #FoodPorn puede parecer una onda muy superficial, sin embargo, el psicólogo experimental de la Universidad de Oxford, Charles Spence, explica que la presentación realmente importa.
«El aspecto de la comida y cómo está colocada en el plato tiene un gran impacto porque genera expectativa. Nuestro cerebro se imagina el sabor…le damos a todo el mundo la misma comida, pero en la mitad de los casos simplemente la tiramos sobre el plato. Los otros reciben los mismos elementos, pero colocados de forma artística para que parezcan un cuadro de Kandinsky”, argumenta.
«Los que reciben la comida mejor presentada la valoran como de mejor sabor y están dispuestos a pagar más por ella», es la conclusión del profesor Spence.
Puede que algunos estén en contra de esta tendencia, pero en lo que todo el mundo parece coincidir es en la comida, ya sea virtual o real, no sólo representa una forma de alimentarnos, sino que es una fuente de belleza que como hemos comprobado tiene una explicación psicológica en las personas.
Y es que puede que el éxito del #FoodPorn esté basado en la satisfacción de algo tan inmediato y elemental como la necesidad primordial de comer.
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