El estudio Burnout 2025, elaborado por Bumeran, también revela que el 35% de los trabajadores peruanos entrevistados indica sentirse con menor rendimiento y productividad.
El síndrome de burnout es la consecuencia del agotamiento mental, emocional y físico debido a las exigencias del mercado laboral. Esto causa tal sensación de insatisfacción que los empleados empiezan a actuar en “modo automático” como mecanismo de defensa.
La falta de motivación los lleva a mostrar una actitud cínica que, tarde o temprano, afecta su desempeño profesional. En paralelo, las personas que sufren del síndrome de burnout experimentan una desconexión de la realidad que le hace sentir que todos los días son iguales, en un constante loop de infelicidad.
Estudio Burnout 2025: la percepción peruana
Recientemente, Bumeran elaboró el estudio Burnout 2025, que contó con la participación de 2.750 personas trabajadoras y especialistas en recursos humanos de Perú, Argentina, Chile, Ecuador, y Panamá. La investigación reveló que la percepción peruana de agotamiento laboral es menor a la del año pasado.
Actualmente, el 78% de las personas trabajadoras en Perú afirman estar estresados laboralmente o experimentar el síndrome de burnout. Esta cifra muestra una disminución de cuatro puntos porcentuales respecto al 82% reportado en 2024 y es similar a la alcanzada en el 2023.
Por otro lado, según el estudio, siete de cada 10 talentos aseguran haber sentido estrés este año. Asimismo, el 63% se siente desmotivado; el 40% siente más presión que antes; el 37% siente agotamiento; y el 35% indica sentirse con menor rendimiento y productividad.

Factores y medidas
Uno de los factores que suele relacionarse con el burnout es la cantidad de horas que trabajan los talentos y si hacen horas extras. El 60% de sostiene que trabaja más horas de lo que dura su jornada laboral, siendo el 41% los que laburan entre 45 y 50 horas semanales.
Al respecto, ¿qué medidas pueden implementar las organizaciones? El 59% de los especialistas en recursos humanos considera clave la flexibilidad en horarios y modalidades de trabajo; el 52% considera la implementación de técnicas de gestión del tiempo y priorización de tareas; el 44% el fomento de la cultura del descanso y el tiempo libre; y el 41% resalta la supervisión y apoyo continuo de los supervisores.
