La pieza audiovisual, desarrollada por la agencia Wolf BCPP y la Fundación Contradicción, visibiliza las consecuencias de la adicción a las apuestas.
Durante la pandemia, la soledad de la cuarentena sumada al aburrimiento y el deseo por ganar dinero llevó a muchos a apostar en línea. No sorprende entonces que en esos años hayan aparecido numerosas empresas dedicadas a ello, ofreciendo bonos de bienvenida para captar consumidores que migraban del formato físico y otros que ingresaban por primera vez a los juegos de azar.
El principal riesgo de apostar no es solo perder y terminar en la absoluta ruina económica, sino volverse adicto. La ludopatía no debería ser subestimada, puesto que las cifras evidencian que cada vez se disminuye más la edad promedio de inicio de la adicción.
En Chile, la ludopatía ha experimentado un aumento significativo en los últimos años, sobre todo, en el contexto digital. Según el IV Estudio de Prevalencia: Desafíos del Juego Responsable Post Pandemia realizado en 2022, un 8,3% de los consumidores de juegos de azar y apuestas presentan comportamientos de riesgo o patológicos, un incremento notable respecto al 2,2% registrado en 2018.
De acuerdo a la Fundación ContrAdicción, organismo chileno que lucha contra las adicciones, la ludopatía digital provoca el impulso de jugar o apostar en línea, buscando una recompensa inmediata. Todo esto, sin importar las consecuencias negativas a nivel psicológico, social o económico.
Cambio en el perfil del ludópata
La ludopatía digital no solo afecta a adultos, sino también a adolescentes. Un informe, elaborado por ‘The Lancet public health’, reveló que el 26,4% de los adolescentes que juegan en casinos en línea podrían padecer trastornos relacionados con el juego.
Precisamente, ContrAdicción identificó un potente insight: antes, el perfil del ludópata comenzaba a partir de los 45 años; hoy, gracias al acceso digital, empieza a los 15. Este impactante dato sirvió para que la agencia chilena Wolf BCPP desarrollara un cortometraje de poco más de cuatro minutos de duración, llamado “EL CAMINO”.
La pieza audiovisual visibiliza las consecuencias de la ludopatía digital, por medio de una trama intrigante sobre una familia que está yendo a internar a uno de sus miembros en un centro de rehabilitación. Los diálogos evidencian el dolor, la decepción y la responsabilidad que siente cada uno por permitir que la situación haya llegado a ese punto, y ello se intensifica cuando se revela la edad de la persona que padece la adicción.