Antes de que lanzara su negocio en 2012, ya sentía la “fiebre del emprendedor” quemando en sus entrañas. Ahora compite con Adidas y Nike.
Esta es la historia de cómo Ben Francis, un repartidor de pizzas de 19 años, comenzó a levantar lo que ahora es todo un imperio. Era 2012 cuando este joven empresario se encerraba en el garaje de la casa de sus padres para diseñar su propia línea de ropa deportiva. Siete años después Gymshark es una de la marcas favoritas de miles de jóvenes, además de ser un grande de la industria textil con un capital de 100 millones de libras (unos 112 millones de euros).
Cuando dio comienzo a su aventura empresarial, vendía suplementos alimenticios y ropa de gimnasio a través de Internet, porque quería encontrar una forma de ganar dinero formando parte de esta industria, así lo cuenta la BBC en una reciente entrevista.
Primero comenzó a vender solo suplementos, aunque no le reportaba muchas ganancias por lo que, después de darse cuenta de que la ropa de gimnasio que veía en las tiendas no le gustaba, decidió embarcarse en esa arriesgada hazaña. Él mismo cuenta que su abuela le enseñó a coser y fabricaba unos diez productos al día a mano.
Actualmente el joven empresario vive con su novia canadiense modelo de fitness, Robin Gallant, pero antes tuvo una vita demasiado ajetreada. Él levantó la empresa mientras estudiaba en la Universidad de Aston a tiempo completo y trabajaba todas las noches como repartidor de pizzas.
En sus declaraciones a la ‘BBC‘, Ben cuenta que se despertaba pronto para ir a la universidad y por la tarde trabajaba en Pizza Hut de 5 de la tarde a 10 de la noche. “Podía responder mensajes de correo electrónico (sobre su negocio) entre entregas. Luego me iba a casa y solucionaba el sitio web, y diseñaba nuevos productos“, dice.
Esta fue su rutina durante los dos primeros y agotadores años, hasta que el negocio logró unos ingresos de 250.000 libras (unos 281.000 euros) al año. Aunque Gymshark no ha sido la primera empresa que Ben dirige. Antes había estado al frente de dos pequeñas compañías, incluida una aplicación de seguimiento del estado físico. Finalmente, el joven decidió abandonar la universidad y centrarse en Gymshark totalmente.
Ahora la empresa tiene 1,2 millones de clientes y 215 empleados en su sede de Solihull. La clave del éxito de la marca ha sido el uso de influencers en las redes sociales para promocionar los productos a sus millones de seguidores.
Una de las última acciones de Ben ha sido cederle el título de CEO a Steve Hewitt, un veterano en el mundo de la ropa deportiva que ocupó los cargos principales en Reebok y Adidas. Sin embargo, el joven sigue siendo el principal accionista de la marca que él mismo concibió.
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