El costo por anuncio supera los 5 millones de dólares y el ambiente de incertidumbre obliga a las marcas a reconsiderar su aparición el medio tiempo.
Durante el 2020 se veía lejos la llegada del Super Bowl, uno de los eventos deportivos más importantes de la audiencia estadounidense y una cita obligatoria para las marcas que aprovechaban el medio tiempo para anunciarse, pero el evento de este año ha comenzado presentar los síntomas de la pandemia, en un contexto tan complejo las marcas rompen la tradición publicitaria y deciden ausentarse este 2021.
A comparación con el Súper Bowl de otros años, para esta fecha ya habían confirmado su asistencia marcas como Pepsi, que este año no estará presente. Para el 2020 asistieron 17 empresas al espacio publicitario del partido, pero en esta edición solo se han confirmado 7 hasta los momentos, entre las que se encuentran M&M, Pringles, Toyota, WeatherTech y TurboTax y, por primera vez, Fiverr la plataforma para profesionales del freelance.
Tal parece que el motivo de esta situación para el mundo de la publicidad se debe a que las marcas temen que sus mensajes sean malinterpretados, pues los anuncios transmitidos en el medio tiempo suele polarizar a la audiencia que ya se encuentra de una u otra forma dividida por el confinamiento, por los acontecimientos en el Capitolio, Black Live Matter, la desigualdad, entre otros.
Los icónicos anuncios de películas por estrenar que también tenían lugar en este evento también dirán adiós, algo que no sorprende pues la industria cinematográfica también se ha visto financieramente afectada. Los precios por anunciarse quizás puedan sonar más difíciles de afrontar que hace un año, pues un anuncio ronda los 5.5 millones de dólares, y con un panorama tan incierto, pocos están dispuestos a asumir tal inversión.