La marca tecnológica construye un relato íntimo sobre la infancia, el cambio y la creatividad, donde la inteligencia artificial funciona como aliada emocional dentro del entorno familiar.
La Navidad suele convertirse en el escenario ideal para que las marcas apelen a la nostalgia y a los vínculos afectivos. En ese terreno, Samsung decidió explorar un ángulo distinto con la imaginación como una forma de poder. Su campaña navideña 2025 para el Reino Unido se aleja del espectáculo tecnológico y se enfoca en una historia pequeña, cotidiana y profundamente humana.
El spot narra la experiencia de Laura, una niña que enfrenta el desarraigo tras mudarse de casa. Lejos de sus amigos y del entorno que conocía, encuentra refugio en un amigo imaginario que la acompaña durante los días de invierno. El relato se mueve entre la soledad infantil y la necesidad de adaptarse, un proceso que muchas familias reconocen como propio.
La tecnología como herramienta emocional, no como protagonista para Samsung
Dirigido por Ben Woolf y desarrollado junto a la agencia Taylor Herring, el comercial plantea una integración sutil de la tecnología dentro de la dinámica familiar. La inteligencia artificial de Samsung aparece como un recurso que potencia la creatividad de Laura, sin imponerse ni robar protagonismo al conflicto emocional del personaje.
Para Woolf, el foco del proyecto siempre estuvo claro: “La historia pretendía mostrar cómo la tecnología de Samsung se integra en la vida familiar real. El éxito o el fracaso de la película depende de la conexión que se establezca con la protagonista, Laura. Mi prioridad era capturar la interpretación de una niña que resultara realista y creíble.”
El director también subrayó la complejidad de trabajar con niños frente a cámara y la necesidad de lograr una interpretación honesta que sostenga el relato: “El casting de niños, especialmente para anuncios publicitarios, siempre es un reto: hay que encontrar el equilibrio entre la autenticidad y una narración clara para que todo encaje en el orden correcto.”
La campaña se apoya además en un estudio realizado por Samsung a más de 2,000 padres, quienes coinciden en que alrededor de los seis años la imaginación infantil alcanza su punto más intenso. Un dato que refuerza la decisión creativa de situar la historia en ese momento específico de la niñez, donde la fantasía todavía dialoga con la realidad sin límites claros.










