La marca rompe esquemas culturales con «Taste Rules», una propuesta regional que celebra el comer sin filtros y se alinea con la autenticidad que domina el lenguaje de la Generación Z.
KFC Arabia decidió llevar su identidad un paso más allá con una campaña que desafía una de las costumbres más arraigadas en Medio Oriente: la idea de que la mesa exige orden, delicadeza y modales impecables.
Bajo el nombre “Taste Rules”, la marca propone un giro irreverente donde el sabor manda y el desorden se convierte en un símbolo de actitud, no de descuido. Asimismo, la iniciativa, desarrollada por TBWA\RAAD y Rush, busca conectar con un público joven que abraza la espontaneidad como parte de su identidad cultural.
KFC Arabia y la propuesta que combina cultura y humor
La campaña se apoya en una premisa clara: cuando el pollo de KFC llega a la mesa, todo protocolo se diluye. Además, la narrativa invita a los consumidores a soltar las apariencias y disfrutar la comida sin inhibiciones, desde los bocados grandes hasta los dedos llenos de salsa. Nada de cubiertos, nada de poses, nada de disimulo. Solo sabor. Solo disfrute.
Asimismo, aunque la campaña mantiene un tono humorístico, también incorpora elementos culturales propios de la región, donde compartir alimentos es un gesto de unión. KFC toma esa base y la reinterpreta desde un enfoque más relajado, alineado con la sensibilidad de la Generación Z, un público que favorece las marcas auténticas y sin poses.










