Desde que el diseño gráfico adoptó el estilo publicitario ha experimentado innumerables cambios. Uno de los más recientes fue a causa de la pandemia.
Cada 27 de abril se celebra el Día Internacional del Diseño Gráfico con el objetivo de gestionar, promover y enseñar el arte del diseño. La iniciativa fue del Consejo Internacional de Asociaciones de Diseño Gráfico en Londres -una unión de asociaciones creada por Peter Kneebone y Willy de Majo-, y la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Como iniciativa de este Consejo, también se creó el Día Mundial del Diseño en el año 1991.
Así como en otros países, en el Perú esta disciplina tuvo su origen en las ilustraciones antiguas que realizaron cronistas gráficos, como Guamán Poma de Ayala.
Ya con la llegada de la industrialización, el diseño gráfico se convirtió en una necesidad y los profesionales de América Latina adoptaron el estilo de la publicidad gráfica que se realizaba en los Estados Unidos.
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El efecto pandemia
Pero desde entonces, la profesión ha experimentado innumerables cambios. Uno de los más recientes fue a causa de la pandemia.
“Si solo vemos el lado bueno, te diría que ha servido para agilizar muchísimo los procesos. Nos ha obligado a ser mucho más precisos en las propuestas, optimizar el tiempo y que la comunicación con los clientes sea mucho más fluida. El hecho de no trasladarnos hasta las oficinas de un cliente para tener una reunión ha generado que tengamos reuniones más seguidas y efectivas con ellos. Cualquier duda podemos manejarla de manera inmediata”, sostiene Alfonso Fernández, socio fundador de After Brand Consultants.
También menciona que con la pandemia se dejaron de hacer los tradicionales catálogos de Navidad y Día de la Madre que se publicaban cada temporada y se optó por la digitalización en todos los aspectos. “Y por último, todo se volvió más dinámico y pequeño. Ahora las marcas tienen que pensar que van a estar dentro de 10 cm de altura, por lo tanto, tienen que optimizar los estímulos”, indicó.
El diseño gráfico afrontó todos estos cambios en un periodo en el que se hacía sumamente importante para la comunicación de las marcas, pues muchas de ellas se relacionaban con sus clientes únicamente a través de una imagen en redes sociales.
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Desafíos
Y aunque los cambios se han dado a pasos agigantados y en la actualidad se vive una breve estabilidad, el diseño gráfico continuará afrontando transformaciones, afirma Fernández.
“La pandemia nos ha enseñado a ser más productivos y a valorarnos más como personas. Cada vez que converso con los clientes me dicen lo mismo, el uso del tiempo como lo conocíamos antes es muy diferente y todos sin excepción quieren tener una vida. El gran desafío va a ser si hemos aprendido de verdad o nos vamos a olvidar fácilmente de las cosas y volver a las viejas costumbres. Espero realmente que no”.
“Desde el lado gráfico, te diría que los desafíos no acaban nunca. Tenemos la suerte de ejercer una profesión tremendamente dinámica. El diseño tiene esa propiedad de encontrar siempre una solución para las cosas y además de dejarnos esa sensación que no sabemos cómo explicarla pero que nos hace sentir bien. El diseño tiene alma”, culmina el socio fundador de After Brand Consultants.