COVID-19: 5 razones por las que las agencias resurgirán de sus cenizas como el ave fénix

Marketing Directo: Pese a que las agencias no pasan actualmente por su mejor momento, la crisis a las que las ha abocado el coronavirus porta también un buen número de oportunidades sobre sus hombros.

¿Puede uno aventurarse por las avenidas desconocidas del futuro en momentos preñados de incertidumbre como los actuales? No es fácil, pero la repuesta a esta pregunta es un rotundo “sí”.

No importa lo distante e incierto que parezca el futuro, el mundo cambia a la velocidad del rayo y la industria publicitaria, las agencias en particular, no pueden permitirse el lujo de quedarse cruzadas de brazos y ver desfilar los cambios ante sus pupilas sin hacer nada.

Enfrentadas al coronavirus, las agencias tienen solo dos opciones: contemplar la crisis con ojos amenazantes o bien con ojos liberadores. Ni que decir tiene que la segunda opción es mucho más constructiva

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Los cambios (a menudo los más positivos) echan raíces en crisis que echan abajo reglas apolilladas desde hace años. Lo viejo debe dejar paso a lo nuevo. Y pese a que las agencias no pasan actualmente por su mejor momento, la crisis a las que las ha abocado el coronavirus porta también un buen número de oportunidades sobre sus hombros. Kim Kotz las disecciona a continuación en un artículo para Horizont:

1. La metamorfosis de las agencias en asesoras de confianza

En momentos tan complicados como los actuales las agencias pueden meterse en la piel de consejeras y dar alas a su rol de de asesoras de confianza para el cliente.

No se trata tanto de que las agencias saquen a renunciar su “expertise” en materia técnica como de que construyan una relación basada en la confianza con sus clientes.

Como consecuencia de la crisis emanada del coronavirus las personas han regresado al primer plano y eso brinda a las agencias la oportunidad de realizar intercambios mucho más personales con sus clientes, que buscan ahora más que nunca una asesoría tan ágil como holística.

Reconvertidas en asesoras de confianza, las agencias deben colocar bajo los focos a sus clientes y a los objetivos a ellos solapados y anteponerlos a sus propios intereses. Y eso implica escuchar a los clientes y tomarse su tiempo con ellos. La confianza no se gana lamentablemente de la noche a la mañana y se levanta sobre pilares que se construyen a largo plazo.

2. La creatividad como propulsora del éxito del negocio del cliente

La amalgama de un alto nivel entendimiento de los desafíos emanados del mundo de los negocios, de una visión holística de la identidad de marca y de ideas de naturaleza creativa es la que marca la diferencia en el universo de las agencias.

Las agencias dejarán de ser meras “ejecutoras” y simultáneamente la creatividad se redefinirá y no tendrá necesariamente el foco puesto en la comunicación.

Como consecuencia las agencias se involucrarán de manera mucho más profunda en el desarrollo del negocio de sus clientes (porque lo conocerán también mucho mejor). Y estrategas y consultores desempeñarán en las agencias un rol tan importante o más que los creativos.

No se trata tanto de cambiar de cambiar la definición de la creatividad como de “vivir” este concepto de una manera mucho más panorámica.

3. Compartir es crecer

La colaboración es mucho más que esencial para las marcas, es existencial. Hasta hace no mucho la colaboración era contemplada por las agencias como algo emparentado con un futuro distante. Ahora es una realidad mucho más palpable.

Para las agencias la colaboración implica conectar con las personas en un plano mucho más pragmático y dejando la vanidad al margen, compartir ideas y involucrar a expertos para que todo el mundo entienda lo que se puede conseguir unidos.

El coronavirus no hace sino poner de relieve que las mejores organizaciones son aquellas que trabajan juntas y se reinventan a sí mismas en momentos de crisis. ¿Un ejemplo de ello? El reciente acuerdo llegado en Alemania por McDonald’s y Aldi para que los empleados de la famosa cadena de comida rápida (muchos de las cuales se han quedado sin trabajo) puedan incorporarse a las filas de la cadena de supermercados, necesitada de más personal como consecuencia del coronavirus.

4. Hacia un uso más sensato de los recursos

En los últimos años tanto las agencias como los departamentos de marketing han terminado asumiendo un buen número de tareas administrativas. Y como consecuencia su eficiencia se ha visto recortada considerablemente. ¿Lo peor? Que la creatividad y la estrategia se han replegado hasta ocupar un segundo plano tanto en las agencias como en los anunciantes.

Agencias y clientes deben esforzarse en separar el grano de la paja y reducir informes y reuniones innecesarias con el último objetivo de conseguir la anhelada eficiencia. De esta forma, unas y otros tendrán más tiempo para trabajar en lo que da verdadero valor añadido a su trabajo, algo que es absolutamente impagable en los tiempos que corren.

5. El propósito emergerá por fin del vientre de las agencias

La creatividad tiene un valor terapéutico en momentos difíciles como los que vivimos en la actualidad. Y es eso precisamente lo que hace especiales a las agencias y las hace portadoras de un propósito.

Ese propósito emerge asimismo en la elección consciente que hacen las agencias de los clientes con los que desean trabajar (aunque eso suponga renunciar al crecimiento a toda costa).

Después de sobrevivir a la crisis, las agencias deberán preguntarse a sí mismas qué desean hacer en el futuro, cómo desean trabajar y qué valores desean hacer suyos. De lo contrario, sus clientes podrían terminar apartándolas de su lado.

Este informe fue el elaborado por Marketing Directo y es publicado en Mercado Negro por autorización de los autores, bajo un convenio que permite el intercambio de contenido de ambos medios.


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