La vergonzosa acción publicitaria tuvo más de 331 millones de impresiones en plataformas digitales, un impacto social que no logró alcanzar los 85 millones de contenidos de abuso infantil compartidas en internet durante el 2021, según la agencia No Fixed Address.
Balenciaga, la marca de lujo, no ha parado de dar de qué hablar por su más reciente campaña y sus protagonistas (niños), posando con peluches ataviados con accesorios de sadomasoquismo. La acción de marketing ha puesto los reflectores sobre un problema social que pocos voltean a ver: el abuso infantil. Así lo hizo saber la agencia creativa No Fixed Address.
El abuso infantil prolifera en plataformas digitales
La agencia trabaja desde hace cinco años para una ONG dirigida a la protección de los niños en Canadá, se trata de la Canadian Centre for Child Protection (C3P). Así, desde la agencia aseguran que la polémica campaña de Balenciaga se ha traducido en más de 331 millones de impresiones.
Un número impresionante si se tiene encuenta que, según No Fixed Address, 85 millones de materiales de abuso sexual infantil (CSAM) hallados en línea solo durante el año 2021. Y que aún así casi nadie voltea a ver este problema social que cada vez escala con más fuerza en entornos digitales.
Aún así, la agencia anglosajos asegura haber lanzado distintas acciones junto a CSAM que colocan precisamente bajo los focos la proliferación en la red de redes de material de abuso sexual infantil. Sin embargo, ninguno de esos esfuerzos creativos está cerca de causar el impacto de la efímera campaña «Gift Collection» de Balenciaga.
Desinterés hacia este problema social
La colosal y global reacción a la polémica campaña de Balenciaga demuestra, según No Fixed Address, que la gente reconoce efectivamente que hay algo problemático en las imágenes que forman parte de ella.
Los tuiteros demostraron esta misma indignación y compartieron las imágenes de esa campaña en las redes sociales, porque tan pronto como fueron testigos de la acción de marca se dieron cuenta que eran inadecuadas.
Aún así, desde la No Fixed Address se cuestionan la razón por la cual la sociedad generalmente no habla de este problema, y mucho menos se trata en la publicidad. La razón se encuentra en que es más fácil reaccionar a la equivocación de una marca que enfrentar la verdad.
A nadie le interesa hablar abiertamente sobre el material de abuso sexual infantil, aseguran desde la agencia anglo. Y aun así, No Fixed Address y su cliente C3P tratan de llamar la atención sobre este gran problema.