Pepsi cumple 24 años como patrocinador oficial de la NFL y lo celebra con una campaña centrada en uno de los rituales más representativos del fútbol americano: el tailgate, apostando por la experiencia y el sabor como ejes de conexión con los fanáticos.
Para mantener fresco su patrocinio de la NFL, Pepsi confió en la agencia BBDO para realizar la campaña “Tailgate Crashers”, que hace alusión a la fiesta previa a los partidos de fútbol americano. reforzando su conexión con los fans a través de la experiencia y el sabor.
El spot cuenta con el mariscal de campo de los Buffalo Bills, Josh Allen, y el receptor de los Minnesota Vikings, Justin Jefferson, que cambian sus uniformes por monos azules y pasan la pepsi en los estacionamientos de los estadios de la NFL.
Con ello, la marca busca fortalecer su presencia combinando sabor, cercanía y activaciones que conectan con la cultura del aficionado. Así, con esta divertida campaña amplían su plataforma “Food Deserves Pepsi” (La comida merece Pepsi), ha logrado mejorar en un 7 % una métrica interna que mide cómo perciben los consumidores la combinación entre comida y Pepsi.
Una apuesta por el consumo con comida
Según Gustavo Reyna, vicepresidente de marketing de Pepsi, el año pasado la marca abrió la temporada de la NFL con una campaña protagonizada por celebridades y vinculada a la película Gladiator II, haciendo alusión a su historia publicitaria junto a la liga.
Este año, el enfoque de Pepsi es más estratégico y busca reforzar de forma sostenida su asociación con la comida, el principal momento de consumo para la marca. La campaña representa un avance clave en ese camino, y el crecimiento sostenido de Pepsi Zero Sugar es una señal del impacto positivo que ha tenido.
“Sabemos a ciencia cierta que a la gente le importa mucho el sabor y el aroma como principales factores que impulsan el consumo. Queremos asegurarnos de que, cuando la gente vea llegar estos monos azules, sepa que también le espera un gran sabor, señaló Reyna.