La marca británica de autos de lujo, junto a su equipo Aston Martin Aramco de Fórmula 1, se une a Pixar para celebrar los 30 años de Toy Story con una colaboración que combina velocidad, nostalgia y trabajo en equipo.
El proyecto, llamado “The Toy Story DROP”, forma parte de la serie I / AM DROPS, una iniciativa de Aston Martin que lanza ediciones limitadas en colaboración con marcas icónicas de la cultura global.
En esta ocasión, el equipo británico lleva el espíritu de Toy Story al mundo de la Fórmula 1 con piezas únicas que combinan diseño, emoción y colaboración.
Por ello, la colaboración sigue la historia de los personajes de Woody, Buzz y sus amigos, desde el AMR Technology Campus (la sede del equipo en Silverstone, Reino Unido) hasta el Gran Premio de México 2025.
Durante ese recorrido simbólico, los juguetes llegan al corazón de la escudería británica para recordarle al mundo que, al igual que en la película, “nadie gana solo”. De esa manera, conectan con los valores que comparten ambos universos: la amistad, el trabajo en equipo y la pasión por superar desafíos.
Piezas que unen nostalgia y velocidad
En el centro de esta colaboración hay dos artículos de edición limitada que combinan el diseño característico de Aston Martin con la esencia divertida y emocional de la película animada.
El primero es el Buzz Lightyear Mini Helmet, un casco inspirado en el famoso guardián espacial, presentado en la web oficial de la escudería británica. El segundo es la sudadera Toy Story x Aston Martin Aramco, una prenda de alta calidad pensada para quienes crecieron con la saga y aún mantienen ese espíritu aventurero.
Ambos productos forman parte del programa I / AM DROPS y solo podrán conseguirse registrándose en su web oficial. No están a la venta, sino que se sortean entre los fanáticos de la marca y de la franquicia de Pixar.
Así, con “The Toy Story DROP”, Aston Martin demuestra cómo una marca de lujo puede conectar el automovilismo con la cultura popular, celebrando la creatividad, la amistad y ese espíritu que impulsa a seguir soñando, sin importar la velocidad del camino.










