Cusqueña, la marca Perú, Inca Kola, Gloria y Big Cola son aceptadas y queridas en varias naciones gracias a la calidad de sus productos, pero también por el buen manejo de sus marcas.
Inversión y calidad son la base de la prosperidad de las empresas. Gracias a estos elementos, además del arduo trabajo, varias compañías han logrado ser conocidas a nivel nacional e internacional. No obstante, existe otro factor del éxito de algunas compañías que no suele mencionarse: el branding.
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Se trata del proceso de construcción de una marca mediante estrategias de activos vinculados al producto o servicio que busca su identificación. “La construcción de una marca es fundamental. El diferenciarse con este elemento ayuda a que la gente elija tu empresa por encima de otros, pues haces una promesa de satisfacción que debe ser cumplida”, sostiene Francisco Reaño, docente del Diplomado Branding e Identidad Corporativa en Toulouse Lautrec.
Una de las empresas peruanas que construyó óptimamente su marca e identidad a lo largo de los años es Cusqueña, que tiene presencia en Estados Unidos, Chile, España, Reino Unido, Japón e Italia. Junto a la inversión, calidad y logística de exportación, esta cerveza trabajó a profundidad el tema de branding al comercializar el producto ligado a la peruanidad y difundido bajo el lema ‘Cusqueña, el oro de los Incas’, que tiene buena aceptación. Además, Cusqueña siempre buscó destacar lo relacionado a los Andes peruanos con, por ejemplo, el uso de telares andinos para paneles publicitarios.
Asimismo, la Marca Perú, promovida por PromPerú, es reconocida a nivel internacional gracias a comerciales llamativos, como Perú Nebraska, que empleó gran logística e inversión, o los referentes a ‘El Legado’. Sin embargo, todas sus campañas de promoción ahondaron en el amor por lo propio, el orgullo por los paisajes nacionales, la gastronomía y la cultura peruana, con lo cual consiguieron, a nivel nacional e internacional, el reconocimiento del logo en letras rojas con nuestro país y la vinculación emocional.
Por otro lado, la marca Inca Kola ha tenido un largo proceso de construcción, desde antes de ser vendida al grupo Coca Cola. Su éxito fuera del país se debió a la vinculación de la peruanidad y, últimamente, a la gastronomía nacional. Toda la línea de comunicaciones de esta gaseosa busca vincular a un plato peruano junto a una Inca Kola, lo cual ha reforzado el cariño hacia a esta empresa.
Del mismo modo, la marca Gloria se comercializa en Puerto Rico y mediante otras compañías coloca sus productos lácteos en cuarenta países en promedio, entre los que destaca Argentina, Ecuador, Uruguay, así como otros del oeste de África y de Medio Oriente. “Esta empresa es muy querida por la vinculación que se le hace con la unión familiar, lo tradicional y hogareño, lo cual genera empatía con el público. Así construyeron su marca en Perú y esta se mantuvo en su exportación”, indica Francisco Reaño.
Finalmente, Big Cola, que tiene estrecha relación con Kola Real, pilar del Grupo Aje, en 1999 empezó su carrera de exportación: llegó a Venezuela, Ecuador, México, Costa Rica, España, Indonesia, entre otros países. Si bien Big Cola no trabajó externamente el branding e identidad con temas de peruanidad, reforzó el lema ‘Piensa en grande’ para destacar el trabajo y la prosperidad. No obstante, en los últimos meses esta marca ya está buscando construir en Perú también una imagen de lo nuestro y el orgullo de lo nacional con comerciales producidos en parajes andinos.
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