El veto de las mascotas en los empaques de las marcas han llevado a la empresa de cereales a intentar traer de regreso a sus icónicos personajes.
Los icónicos personajes que solían adornar los empaques de Kellogg’s como Melvin, Tigre Toño y Sam ya no pueden vestir a la marca, por tal motivo, la empresa intenta revivirlos con una iniciativa en las plataformas digitales a través de un video en Twitter que simula una video llamada. Pese a ser una estrategia ingeniosa, los resultados se encuentran lejos de ser los deseados, puesto que muchos criticaron con severidad la apariencia de uno de estos protagonistas.
Esta estrategia intenta burlar una medida legal impuesta por las autoridades mexicanas con la cual obligan a las marcas a eliminar a las mascotas de sus empaques, en un intento por reducir los altos índices de obesidad infantil. En este contexto, Kellogg’s publicó un vídeo en Twitter donde comparecen sus icónicas mascotas pero el aspecto de Melvin por ejemplo despertó el rechazo tras sufrir una gran transformación si se le compara con el aspecto que tenía hace algunos años.
Para acompañar el video, la marca colocó este mensaje “Videollamada entrante de El Tigre Toño®, Sam® y Melvin® …Tus #AmigosKelloggs favoritos tienen un mensaje importante para ti. #SiempreCercaDeTi” la intención principal fue invitar a los usuarios a seguir a estos personajes en las redes sociales.
La condición física de Melvin causó no solo impresión, sino que también fue inspiración para memes y post en Twitter en los que señalaron y criticaron este enorme cambio. El nuevo elefante de la marca luce en unos colores más opacos, delgado y exponencialmente más pequeño que su versión tradicional.
Algunos usuarios han indicado inclusive que el nuevo personaje de Melvin tiene esta forma y color a causa del consumo excesivo de azúcar, en un intento por justificar las razones por las que en primer lugar fueron vetadas las mascotas de este tipo de productos. Aún así este es un tema que no es nuevo en el mundo del marketing, es natural que el público se muestre renuente a los cambios de imagen.
De acuerdo con una columna de FastCompany, los consumidores suelen conectar con la identidad gráfica de las empresas de una forma emocional, es un hecho que ocurre de forma imperceptible pero cuando ocurre un cambio trascendental, esas emociones y recuerdos asociados a la empresa se manifiesta en rechazo a estas iniciativas.