Reduflación. En medio de la inflación, las marcas tienen dos opciones: subir el precio y causarle otro dolor de cabeza a sus consumidores u optar por una vía intermedia en la que se mantienen los costos, pero disminuye la cantidad de producto que ofrecen. Algunas eligen la segunda.
Posiblemente a nadie se le ha ocurrido contar cuántas piezas hay en una bolsa de Doritos. Sin embargo, un periodista del medio estadounidense Quartz sí lo ha hecho, así fue como descubrió que hay cinco menos que antes. A esta práctica se conoce como reduflación y es una técnica que le permite a las empresas hacerle frente a la inflación.
En la actualidad, las marcas son conscientes de que los consumidores controlan más que nunca sus gastos y cada vez las cosas son más y más caras. Los precios han aumentado y los costes de la vida lo han hecho con ellos.
En medio de este escenario, las marcas tienen dos opciones: subir el precio y causarle otro dolor de cabeza a sus consumidores u optar por una vía intermedia en la que se mantienen los costos, pero disminuye la cantidad de producto que ofrecen. Algunas eligen la segunda.
La práctica no es ilegal, las compañías solo deben modificar la información que aparece en su packaging y así el consumidor –si se fija en la cantidad de producto–, verá que está recibiendo menos de lo que recibía meses atrás. Sin embargo, son pocas las personas que se detienen a mirar cuántos tallarines tienen un paquete en el punto de venta.
Lee también: ¿Cuáles son los canales de distribución de Coca-Cola, Alicorp, Amazon, Apple y Adidas?
El problema de la reduflación
La reduflación parece, en primera instancia, una manera de seguir produciendo sin causarle más inconvenientes a un consumidor golpeado por la inflación. No obstante, el problema está en que cuando la práctica se hace visible.
Pese a que en realidad nadie ha sido engañado, el consumidor puede generar este sentimiento y ninguna marca quiere tener que enfrentarse a ello.
La española Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) anunció recientemente que ha denunciado ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a Pastas Gallo, Danone, Pescanova, Cola-cao, Tulipán y Campofrío para que se «determine si la reduflación, dar menos por lo mismo, es una práctica que pudiera alterar la competencia de forma desleal, debido a la falta de transparencia para los consumidores».
Según esta organización, dar lo mismo por menos dinero sí es algo desleal, ya que penaliza a quienes sí suben los precios y muestran de forma más clara cómo han cambiado los costes. Según la OCU, al menos un 7% de los productos de la cesta de la compra se han visto afectados por la reduflación.