El acoso en plataformas digitales parece no tener fin y mucho menos represalias. En el 2020 un estudio señalaba que el 60% de las usuarias sufrieron algún tipo de acoso y, este año, esa cifra ascendió al 88%.
Las grandes compañías tecnológicas aseguran que están ejerciendo esfuerzos por disminuir el discurso de odio y el acoso en sus plataformas, pero sus usuarios demuestran que hasta ahora no ha sido suficiente. Una gamer en Twitch decidió publicar recientemente en un tuit los constantes ataques de los cuales ha sido víctima en el entorno digital y, desde entonces, su situación ha empeorado.
Así lo explica la jugadora de nombre Nalia en una entrevista para el medio Hipertextual, donde menciona, entre otras cosas, como le dicen que sus espectadores en Twitch solo la ven porque es mujer.
“Me decían que era una puta, que mis seguidores solo se hacían pajas conmigo. Se me murió un familiar y ese mismo día se enteraron y empezaron a reírse de mí mofándose que se había muerto. Venían a mis directos a insultarme», explica Nalia.
No hay quién controle el discurso de odio
Nalia decidió denunciar públicamente lo que le sucedía, pero después de publicar el tuit con capturas, comenzó su verdadero calvario, el caso se intensificó a tal punto que Nalia decidió cambiar el número. Sin embargo, conserva las pruebas de todo lo que le han dicho a través de plataformas digitales.
Gran parte del acoso sufrido a través de un grupo de WhatsApp donde algunos usuarios que conocía y con quienes consideraba que tenía una buena relación, pero esto cambió cuando ella empezó a tener más seguidores por sus vídeos en Twitch.
A través de esta plataforma Nalia tiene que hacer frente constantemente a comentarios de los haters en cada directo. No es normal, lamenta, y por mucho que intentemos no darle importancia todo esto nos afecta. Sin duda, es así. Asimismo, explica que se ha planteado dejar su canal porque los insultos no cesan, al contrario, son cada vez más agresivos e incluso le han llegado a decir: «ojalá te mueras».
Ahora se siente más fuerte, pero ha tenido que pasar por un ataque de ansiedad y por mucho sufrimiento para poder lidiar con estos comentarios. «Llevaba tres días temblando pero hoy digo que no voy a estar así por gente que es así», reconoce.
«Tengo amigas que tienen que quitarse el chat de voz mientras juegan porque solo reciben insultos», afirma.
El odio no tiene límites
A pesar de que el caso de Nalia es preocupante, lamentablemente no es el único. Un estudio de Plan International evidenció que en 2020 una de cada cinco niñas y mujeres jóvenes se habían visto en la obligación de abandonar sus cuentas en redes sociales o ha reducido su uso después de ser víctima de acoso.
Un problema que es notorio en aplicaciones como Facebook, Instagram y Twitter donde el estudio arrojó que el 60% de las usuarias encuestadas ha sufrido de acoso, añade el informe. Pero no está ni cerca de terminar, en este 2022, el mismo estudio afirma que ese porcentaje ha aumentado a un 88%.
Aproximadamente la mitad de ellas han sido amenazadas con violencia física o sexual. La mayoría reconocieron que el comportamiento de trolls en internet ha tenido para ellas un precio para su salud mental o que se han sentido inseguras a nivel físico.
«Expulsar a las niñas de los espacios en línea les quita mucho poder en un mundo cada vez más digital y daña su capacidad de ser vistas, escuchadas y convertirse en líderes», dijo Anne-Birgitte Albrectsen, directora ejecutiva de la organización que publicó el informe.