La marca lanzó una campaña que utiliza afiches adheridos con el propio producto para demostrar, en plena vía pública, la textura y fijación del Grippy Serum Primer.
Maybelline New York decidió salir del clásico set de maquillaje y llevar su nuevo Grippy Serum Primer directamente al asfalto. La marca intervino zonas icónicas como Williamsburg, East Village y SoHo con una serie de afiches fijados literalmente con el mismo primer, convirtiendo la textura del producto en parte del soporte publicitario. Así, la acción creada junto a la agencia L’Agency, buscó capturar la atención de peatones y creadores de contenido con un recurso simple pero contundente al usar el propio beneficio del cosmético como demostración en vivo.
La activación forma parte de un despliegue más amplio que Maybelline denomina “Grippy Takeover”, un proyecto de tres fases que transformará distintos puntos de la ciudad en espacios experimentales. La primera etapa funciona como un teaser urbano que introduce el concepto de “adhesión” como eje creativo, sin abandonar la estética callejera que distingue a las campañas de la marca en Nueva York.
Maybelline apuesta por la demostración directa
Para esta iniciativa, Maybelline trabajó con L’Agency, que planteó una ejecución centrada en la experiencia táctil. El objetivo fue poner en evidencia una de las promesas del producto: un acabado sérum que se desliza con suavidad pero se transforma en una base capaz de sostener el maquillaje durante 24 horas. Con esto, la marca evitó el mensaje aspiracional tradicional y optó por un enfoque demostrativo, casi científico, pero integrado al paisaje urbano.
Por su parte, la segunda y tercera fase del “Grippy Takeover” se desplegarán en las próximas semanas e incluirán intervenciones de mayor escala, pensadas para profundizar la narrativa de rendimiento y transformar la relación de los consumidores con la categoría de primers. Aunque Maybelline aún no revela detalles, la marca adelantó que el proyecto combinará puntos de contacto físicos y digitales.










