Hace unos meses, Mattel envió una Barbie al espacio con el propósito de potenciar el interés de las niñas en materias STEM, aeroespaciales y de ingeniería, pero esta no es la primera marca en realizar esta acción.
Han pasado solo unos meses desde que Barbie decidió dar “un gran paso para la muñequidad”, eso indicaba la nota de prensa de Mattel que anunciaba el viaje de la muñeca al espacio. El documento iba acompañado por una foto de Barbie vestida de astronauta. La imagen fue tomada en la Estación Espacial Internacional.
La expendición de Barbie se realizó en el marco de un acuerdo con la Estación Espacial Internacional que tiene el propósito de potenciar el interés de las niñas en materias STEM, aeroespaciales y de ingeniería. Se espera que las muñecas regresen a la Tierra en el verano del hemisferio norte, luego pasarán a ser piezas de un museo.
«Barbie introdujo una muñeca astronauta en 1965 antes incluso de que los humanos pisasen la Luna», apuntaba entonces McKnight, vicepresidenta ejecutiva y responsable global de Barbie y Muñecas en Mattel. «Ahora, casi 60 años después y con 200 profesiones y contando, las muñecas Barbie han llegado al espacio», añadía.
Pese a que Barbie tiene un objetivo claro por el que ir al espacio, existen otras marcas que también han enviado productos en viajes espaciales solo con el fin de resaltar en el mercado.
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Otras marcas en el espacio
Cuando Space X, la compañía espacial de Elon Musk, lanzó su primer cohete al espacio, llevó un vehículo de la otra empresa de Musk, Tesla. El automóvil tuvo un momento de gloria viral ya que el hecho fue lo suficiente atractivo como para posicionarlo en las noticias.

Pero Barbie y Tesla están lejos de ser las primeras empresas en realizar este tipo de estrategia. Hace más de 10 años Google mandó un muñeco Android a sobrevolar la Tierra en la campaña del lanzamiento de su propio smartphone. La imagen fue lo suficientemente llamativa como para captar la atención de los consumidores y muy bonita para ser usada en los medios.

Y si retrocedemos más nos encontramos con que en el 2001, Pizza Hut pagó un millón de dólares al organismo espacial ruso para que uno de sus cosmonautas comiese una pizza de salami (el pepperoni no sobrevivía al viaje) en el espacio.
En los 90s, Pepsi había pagado 5 millones de dólares por hacer volar una de sus latas en la misma estación.
Aunque no se sabe cuándo empezó con precisión esta colaboración entre las agencias espaciales y las marcas, lo cierto es que se han abierto las puertas a más alianzas de este tipo.