El clásico navideño fue promocionado como una película familiar; sin embargo, terminó siendo una comedia negra con monstruos como protagonistas durante las festividades navideñas.
La temporada navideña suele involucrar ciertas tradiciones como reunirse en familia a cenar e incluso compartir obsequios. Asimismo, representa la excusa perfecta para volver a ver clásicos del cine que siguen la temática de las festividades.
Por eso, películas como “Mi pobre angelito”, “El regalo prometido” o “El duende” tienen tanta sintonía en diciembre, pero existe una producción navideña que fue promocionada como una de contenido familiar y terminó siendo todo lo contrario. Se trata de “Gremlins” (1984), escrita por Chris Columbus, dirigida por Joe Dante y que tuvo a Steven Spielberg como uno de los productores ejecutivos.
La trama gira en torno a una familia que adopta una adorable criatura llamada Gizmo como mascota, siendo alertada de cumplir con tres normas para que la convivencia sea plena. Para ello, los dueños deben evitar que esté en contacto con la luz, el agua y que coma después de la medianoche.

En ese sentido, la campaña publicitaria promocionaba a Gizmo como un peluche simpático que era comercializado por Hasbro. Del mismo modo, el tráiler del filme no adelantaba mucho sobre la historia. Esto hizo que los padres de familia piensen que se trataba de una película familiar navideña y no una historia de terror que ocurre durante las festividades.
Por ejemplo, cuando Gizmo incumple las órdenes de su cuidado, se multiplica en versiones malévolas llamadas “gremlins” que lo que realmente buscan es exterminarlo. Del mismo modo, hay otras escenas violentas en las que ellos intentan matar a personas con motosierras y otras armas.
Como consecuencia, el estreno de la película, clasificada como apta para todos los públicos por la Motion Picture Association of America, fue recibido con reacciones negativas en Estados Unidos. Los padres que llevaron a sus hijos a ver “Gremlins” quedaron desconcertados por el contenido que consideraron inadecuado para niños.

No obstante, el nivel de violencia no era suficiente para que sea calificada como para mayores de 17 años. Por ello, “Gremlins» fue una de las películas responsables de la creación de la categoría PG-13, dirigida para mayores de 13 ese año.
Como vemos, aunque muchos describen al largometraje como el primer acercamiento ideal de los niños con el género del terror, lo cierto es que la campaña de marketing eludió el tono oscuro y satírico de la trama. Esto se reflejó en la taquilla mundial que recaudó $165.426.802, teniendo un presupuesto de producción estimado de $11.000.000, lo que evidencia su éxito.