La investigación interna de Meta Platforms entrevistó a 1.149 jóvenes que usaron la red social entre 2023 y 2024. De ellos, 223 admitieron sentirse mal con su cuerpo de forma frecuente.
La dismorfia corporal es un trastorno psicológico caracterizado por una preocupación obsesiva y desproporcionada por defectos físicos percibidos, que muchas veces son inexistentes o apenas perceptibles. Las personas que la padecen pueden pasar horas al día examinándose frente al espejo, comparándose con otros o intentando ocultar sus supuestas imperfecciones.
En el caso de los adolescentes, este trastorno puede tener consecuencias particularmente graves. Sobre todo, por la importancia que les dan a las redes sociales, donde influencers y artistas comparten publicaciones con cuerpos trabajados que puedan distorsionar la imagen que los jóvenes desean de sí mismos.
En Instagram, por ejemplo, donde predominan imágenes editadas y filtros, funcionan como un espejo deformante que refuerza la insatisfacción corporal. Esta presión estética lleva a muchos adolescentes vulnerables a sentir que nunca son lo suficientemente atractivos o adecuados para la sociedad, lo que también puede provocar aislamiento social, ansiedad, depresión y conductas autodestructivas.
El rol de Instagram
Un informe interno de Meta Platforms, revelado por Reuters, revela la influencia de Instagram en la salud mental de los adolescentes. La investigación tuvo una muestra de 1.149 adolescentes y evidenció que aquellos con insatisfacción corporal vieron 10.5% de contenido “adyacente a trastornos alimentarios”
Los datos del estudio señalan que quienes ya se sentían insatisfechos con su cuerpo son expuestos a mayor contenido vinculado a trastornos alimenticios en Instagram. Lo más preocupante es que las herramientas de detección de contenido sensible sólo identificaron 1.5% del material riesgoso.
Al respecto, Meta respondió que está revisando los filtros y que implementará nuevas medidas, incluyendo lo que denomina un “estándar PG-13” para adolescentes. Ello perseguirá que haya mayores controles de edad y menor exposición a material considerado “no apto”.