La cerveza andaluza se sumó al trend viral contra la bebida de matcha y construyó una acción junto a una marca de moda urbana que combina humor con una investigación previa sobre hábitos y lenguaje de su audiencia.
En un ecosistema digital saturado de imitaciones rápidas, algunas marcas empiezan a entender que para subirse a una tendencia hace falta contexto, escucha y una idea clara detrás. Eso es lo que articula la colaboración entre Cruzcampo y Esenzia, una acción que toma como punto de partida un meme viral para transformarlo en una pieza de identidad compartida.
La alianza no nace del azar ni de la urgencia por “estar en la conversación”. Detrás hay una lectura afinada de lo que ocurre en redes sociales, de cómo ciertos fenómenos culturales generan fricción generacional y de cómo el humor funciona como lenguaje común para tomar posición sin necesidad de discursos grandilocuentes.
Del meme al producto: cuando la observación guía la creatividad de Cruzcampo
El punto de partida fue un trend que inundó TikTok y X con una pregunta provocadora asociada a una bebida de moda. Más allá de la burla superficial, Cruzcampo detectó una conversación sobre costumbres, rituales cotidianos y una forma muy concreta de entender el disfrute.
Esenzia, por su parte, aportó el vehículo perfecto para trasladar esa conversación al plano físico. Su experiencia en moda urbana y su comunidad joven permitieron convertir comentarios reales de usuarios en elementos gráficos con sentido. El resultado fue una pequeña colección de camisetas oversize que no intenta vender moda aspiracional, sino capturar una actitud.
Con esta colaboración, Cruzcampo y Esenzia demuestran que el marketing cultural no consiste en apropiarse de una tendencia, sino en entenderla. Investigar antes de crear, escuchar antes de hablar y diseñar desde el sentido común digital convierte una broma viral en una acción coherente, reconocible y, sobre todo, compartible.









