Las prendas han captado las miradas de celebridades como el estadounidense Pharrell Williams o el colombiano Maluma.
Las buenas ideas son las que probablemente nos lleven a construir buenas marcas, pero aquellas que se pasean por lo original y creativo, son las que posiblemente se conviertan en casos de éxito, pues la experiencia que ofrece al consumidor va más allá del producto o servicio. Esta podría ser la situación del francés Thomas Jacob, un joven de 32 años que vio una opción de negocio con colaboradores muy peculiares.
Luego de presenciar una obra de teatro basada en la novela “Nuestra Señora de París” de Víctor Hugo en una cárcel limeña, el diseñador y empresario habló con varios de los reos quienes aseguraron que en la prisión había máquinas de coser, que poseían nociones de costura y que no tenían trabajo.
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Así es como nace la marca Pietà -”piedad”, una iniciativa que hasta el día de hoy ha logrado vender por internet 200 mil prendas de fino algodón, identificadas con cuatro rayas verticales y una horizontal como las que dibujan algunos presos para contar sus días de reclusión.
Las piezas elaboradas por reclusos y reclusas en Perú han captado las miradas de celebridades como el estadounidense Pharrell Williams o el colombiano Maluma. Y es que en este negocio los presos también se benefician, ya que ganan dinero por su labor y reducen un día de cárcel por cada cinco trabajados, de acuerdo con la ley peruana.
“Es gente que está animada a trabajar, de allí el crimen por el cual están moralmente no me importa”, dijo Jacob a The Associated Press.
Para el 2018, la agencia carcelaria registró 117 empresarios que mantienen convenios con las prisiones para dar trabajo remunerado a los presos, la mayoría de estas compañías pertenecientes al rubro textil.
Algunas desventajas de este modelo de negocio radica en que varios de los 30 presos que se desempeñan como costureros abandonan el grupo por quedar en libertad, al ser trasladados a otras prisiones o por voluntad propia dejan el oficio al que a veces dedican hasta 11 horas diarias.
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