Desde pequeñas empresas familiares en base a recetas artesanales hasta apuestas 100% digitales. Por el Día Mundial del Emprendimiento, recordamos algunas empresas que empezaron como pequeños negocios
Una idea de negocio es el primer paso para, luego, desarrollarla y ejecutarla. Esta es la definición de los emprendedores y la fecha mundial para celebrarlos es hoy, 16 de abril. Su objetivo es dar visibilidad a quienes impulsan la generación y desarrollo de nuevos proyectos. En Perú, múltiples marcas y conglomerados empresariales empezaron así. Conoce la historia de cinco emprendimientos peruanos que hoy son grandes compañías.
El emprendedor limeño 2024, informe de Ipsos Perú, señala que el 8% de los adultos limeños declara tener un negocio propio. El promedio de tiempo de sus operaciones es de entre 1 y 5 años de operación. Como características principales, la mayoría de ellos espera invertir más en su negocio este año. Además, quieren capacitarse y formalizarse. Finalmente, cuentan que utilizan redes sociales para informarse de productos y servicios para sus negocios.
María Almenara
María Alejandra Almenara empezó a hacer tortas junto a su madre desde niña. Así fue como se cultivó un talento que la llevaría a escalar lentamente en el mundo de la pastelería. Sin bien María Alejandra estudió Publicidad, nunca abandonó su pasión y se abrió paso vendiendo brownies y alfajores que repartía en bicicleta. Lo que empezó como un emprendimiento, hoy cuenta con alrededor de 15 establecimientos para satisfacer la demanda.
Sicurezza
La marca que trajo al mercado peruano la ropa interior sin costuras empezó con una joven emprendedora de 22 años. Su nombre es Ileana Tapia y su idea de negocio se basó en ropa interior femenina sin costuras. Es decir, sin alambres que dejen marcas en la piel y brinden comodidad. “Lo que yo quería era vender seguridad y comodidad para las mujeres”, señala. Por eso, amplió el catalogo de prendas. Actualmente están cerca de cumplir 10 años en el mercado y tienen seis tiendas a nivel nacional.
Artika
Una de las marcas más queridas entre los peruanos. Artika nació como un emprendimiento familiar en 1978 en Quillabamba, Cusco. El negocio fue impulsado por los cuatro hermanos Mejía y se enfocó en la venta de helados artesanales. Cabe resaltar que el producto ya era conocido entre amigos y vecinos ya que se trataba de una característica receta familiar. Más de 10 años más tarde, en 1992, bautizaron la marca como Alaska. Se trasladaron a Arequipa, llegaron a Huancayo y, finalmente a Lima. Pasaron a llamarse Artika y a ganar popularidad en todo el Perú. El resto es historia conocida.
Rosatel
Inicialmente el negocio se componía por tres empleados y un local prestado. Sí, la historia se ve muy lejana a Rosatel, pero ese era solo el inicio. La marca que hoy se posiciona significativamente en la venta de detalles y flores surgió como una idea de Javier Pardo, Jorge Arteta y Rollin Thorne. En 1994 y con una inversión inicial de 750 dólares, además de un local prestado en Miraflores, dieron inicio al proyecto. Hoy cuentan con 36 tiendas a nivel nacional y con presencia en el extranjero.
Crehana
La plataforma de educación virtual inició como un emprendimiento. Diego Olcese, egresado de Ingeniería Empresarial por la Universidad del Pacífico se inspiró en una visita a Silicon Valley para crear el emprendimiento digital. El inicio oficial se remonta a 2015; sin embargo, antes de Crehana, Olcese fundó flikn.com. Inicialmente se impartían cursos correspondientes a música, Negocios, Comida y Fotografía. Pero todo tomó mejor forma cuando la marca identificó que cursos como diseño gráfico representabas una oportunidad más grande. Es decir, la industria creativa era una gran oportunidad de negocio. Hasta hoy, la marca ha ganados reconocimientos como Wayra, Startup Perú, Emerge Education y Endeavor Global.