Por: Alan Suárez, profesor de Marketing – Toulouse Lautrec
Desde hace aproximadamente 100 años que el mundo va experimentando un aumento progresivo de temperatura debido a muchas causas, y que poco a poco nos va impactando en mayor intensidad. Estos cambios paulatinos no solo afectan a nuestro entorno natural sino también al ámbito social, y es aquí donde muchas empresas parecen haberse enfocado únicamente en las atractivas, y muy convenientes, oportunidades comerciales de negocio outdoors donde, claramente, olvidaron considerar el efecto que el arrollador calor podría producir en sus colaboradores.
Se sabe que el cuerpo humano necesita diariamente de una ligera dosis de exposición a los rayos solares por aproximadamente 15 minutos, tiempo que muchas veces algunos trabajadores de ciertas empresas exceden, ya sea por desconocimiento del tema o por cumplir con las exigencias laborales de sus empleadores.
Mientras uno camina por la ciudad no es muy difícil ver representantes comerciales de diversas marcas intentando cautivar a clientes potenciales con su speech seductor; sin embargo, es en esta temporada veraniega que el inclemente calor los aqueja fuertemente pudiéndoles causar efectos adversos en su salud, desde un golpe de calor hasta considerables quemaduras solares y, por ende, causar un impacto desfavorable en el tan esperado resultado comercial que las empresas anhelan.
Es por ello que las compañías deben buscar el bienestar de todos sus colaboradores y no solo de aquellos que laboran dentro de las oficinas, quienes hoy se ven beneficiados con el ya conocido: “viernes casual”, sino también prestar atención a quienes trabajan fuera de la organización, con el objetivo de demostrar una preocupación genuina la cual se debe reflejar a todo el equipo humano. Tal preocupación podría estar enfocada en un aspecto muy importante como el de la vestimenta, al brindarles o permitirles un adecuado atuendo que evite la fibra sintética, y en su reemplazo buscar que sea confeccionada con materiales como el algodón, la seda o el lino, que impidan la humedad y permitan respirar a la piel, siendo claramente un beneficio para dichos colaboradores.
Es así que las empresas deben persistir en comprender en lo más profundo a sus clientes internos a través de sus gustos, deseos, preferencias y necesidades, según sea la temporada y desde el punto de vista de la empatía, de tal manera que se pueda ofrecer un programa de beneficios con un valor apreciado por todos nuestros colaboradores, sean casuales o no.
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