La universidad Yale utilizará al artista como caso de estudio para analizar su impacto social y cultural.
Yale, una de las universidades más prestigiosas y conocidas de Estado Unidos, ofrecerá un curso donde se explorará “la estética, el activismo y la identidad cultural” de Bad Bunny a partir del próximo otoño.
El artista puertorriqueño, se ha convertido en una superestrella del reguetón y trap latino, siendo ganador de tres premios Grammys y liderado las listas de Billboard con diversos álbumes.
Sus álbumes han roto récord de reproducciones en plataformas de Spotify y Apple Music.
Debido a ello, Albert Laguna, profesor asociado de estudios americanos y etnicidad, raza y migración, dirigirá la asignatura titulada Bad Bunny: Musical Aesthetics an Politics.
sto con el fin de estudiar su música y analizar la diáspora puertorriqueña, la cultura caribeña, el colonialismo y diversos géneros musicales.

Laguna explicó a Yale News que la idea de crear la clase nació mientras escuchaba repetidamente el reciente álbum del reguetonero “Debí Tirar Más Fotos”, durante su viaje a New Orleans, ciudad con gran herencia caribeña.
“Estaba paseando por Nueva Orleans escuchándolo, conectando con el ambiente caribeño de la ciudad en barrios como el Barrio Francés, que puede parecer un poco San Juan, y me quedé impresionado por todo lo que hace este álbum”, explicó el especialista Laguna.
“Tienes todas estas formas creativas en las que aborda el pasado colonial y el presente de Puerto Rico, así como los retos actuales a los que se enfrenta la isla. Están por todo el álbum. Y trata estos temas con música alegre”.
¿Cómo Bad Bunny es un genio del marketing?
“El conejo malo” no es solo un fenómeno musical, sino también una figura con un fuerte impacto social y político en el mundo hispano y global. A través de sus letras y presencia mediática, ha visibilizado luchas sociales y dado voz a comunidades marginada.
A través del marketing y la música, Bad Bunny ha convertido su arte en una herramienta de activismo sutil pero potente. Esta fusión de entretenimiento y conciencia social lo convierte en un símbolo de una nueva generación de artistas que no temen compartir lo que creen.
Asimismo, muestra cómo algo propio de su cultura puede llegar a ser famoso en todo el mundo sin perder su esencia, usando lo auténtico y el orgullo por sus raíces para destacarse.
Es así como refleja la evolución de géneros como el reguetón, posicionándolo como una figura clave en la conexión entre identidad local y alcance global.