El jefe de estado ha ordenado al poder ejecutivo del país europeo elaborar un plan para fabricar sistemas de videojuegos y reducir la dependencia de empresas occidentales.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha ordenado a su gobierno a centrarse en el desarrollo de consolas fabricadas internamente, en respuesta a la retirada de grandes empresas de videojuegos del país debido al conflicto con Ucrania.
Empresas como Nintendo, Sony (PlayStation), Microsoft (Xbox), Epic Games y Electronic Arts han abandonado Rusia desde el inicio del conflicto. Como resultado, las nuevas consolas y sus juegos no están disponibles en el país.
Según el portal de RT, que cita al sitio oficial del Kremlin, Putin destacó la necesidad de iniciar el desarrollo de consolas nacionales, tanto estacionarias como portátiles, así como de un sistema operativo propio para no depender de los avances tecnológicos occidentales en el campo de los videojuegos.
Estas declaraciones las hizo Putin durante un foro de desarrollo socioeconómico en Kaliningrado, marcando el inicio de este proyecto para el próximo 15 de junio.
La Organización para el Desarrollo de la Industria de Videojuegos (RVI) presentó un plan al gobierno ruso en febrero de este año, proyectando tener su propia consola y sistema operativo en cinco años, estimando su disponibilidad para 2026 o 2027. Sin embargo, queda por ver si Putin estará dispuesto a esperar tanto tiempo.