La galería recopila artículos siniestrados o desaparecidos de todas las regiones y épocas, con el apoyo de más de 45 países. Esta innovadora iniciativa representa una forma de protesta contra el tráfico ilícito de bienes históricos.
El tráfico ilícito de bienes culturales es un problema global que afecta directamente la preservación de la memoria histórica y la identidad de los pueblos. Este crimen consiste en la extracción, venta y compra ilegal de piezas arqueológicas, obras de arte, documentos antiguos y otros objetos con valor cultural.
Asimismo, dicho delito no solo implica un daño cultural, sino también económico, pues priva a los países de recursos que podrían fortalecer su industria turística y riqueza cultural. Los principales afectados son países de América Latina, África y Asia, cuyas pérdidas perjudican a comunidades locales que ven cómo su herencia cultural desaparece.
Ante esta problemática, organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL) han impulsado convenios y estrategias para combatir el tráfico ilícito de bienes culturales. Dentro de su trabajo, promueven la cooperación entre países, el registro digital de piezas, así como la devolución a sus lugares de origen.
La primera galería de objetos culturales robados
Precisamente, UNESCO ha creado museo virtual interactivo que restaura objetos culturales robados. El primer Museo Virtual de Objetos Culturales Robados recopila artículos siniestrados o desaparecidos de todas las regiones y épocas, con el apoyo de más de 45 países e INTERPOL.

Además, esta innovadora iniciativa representa una forma de protesta contra el tráfico ilícito de bienes históricos. La galería es el resultado de cuatro años de trabajo colaborativo entre DDB París y la UNESCO.

El objetivo radica en dar a conocer el listado de artículos desaparecidos, sobre todo, entre las generaciones más jóvenes. El museo fue diseñado por el premio Pritzker Diébédo Francis Kéré, quien trabajó de la mano con el estudio creativo makemepulse para imaginar y construir un lugar altamente simbólico.

“Estos objetos son virtuales. Nadie sabe dónde están ni qué aspecto tienen en realidad. Intentamos llenar los vacíos. Hemos estado trabajando con las comunidades para que puedan contar las historias que hay detrás de ellos”, comentó Ernesto Ottone, subdirector general de cultura de la UNESCO.

Por su parte, Alexander Kalchev, director ejecutivo y director comercial de DDB París, señaló que, más que un museo, significa una herramienta para la acción. “Al hacer que todos estos objetos sean reconocibles, dificultamos su reventa”, agregó. Explora el museo, ingresando al siguiente link.