La campaña de temporada, ejecutada por McCann Nueva York, establece un paralelismo para comunicar que la calidad del vodka de la marca sigue vigente en un mundo de tendencias fugaces.
Una buena carcajada es quizá una de las muestras más puras de sinceridad. Y es que, dejando de lado a los actores, no resulta nada complicado identificar cuando la risa de una persona es falsa o fingida.
Sobre todo, en un entorno de confianza, en el que las personas están familiarizadas con cómo se oye la risa de alguien cercano. Entonces, podría decirse que esta actúa como un termómetro emocional y, en corto, representa el reflejo del impacto que tiene una interacción.
Hoy en día, en un entorno tan cambiante en el que las redes sociales han hechos que las tendencias sean fugaces, no existe nada más auténtico que una buena carcajada. Precisamente, ese insight ha sido trabajado por Smirnoff en su campaña para la temporada.
¿Para qué cambiar lo que funciona?
“Why Change A Good Thing?” (“¿Para qué cambiar lo que funciona?”, en español) destaca el producto estrella de la marca de vodka: el Smirnoff No. 21. La campaña, ejecutada por McCann Nueva York, establece un paralelismo para comunicar que su calidad perdura al igual que la risa distintiva de alguien.
Para ello, el spot publicitario presenta a Steve, un hombre que acostumbra reunirse con amigos en un bar y cuya sonora carcajada lo caracteriza. Esta reacción espontánea continúa, a pesar del avance de las décadas y de los cambios de modas que implican.
De esa manera, la marca comunica que la calidad del producto Smirnoff No. 21, triple destilado y filtrado diez veces, se mantiene como la risa inconfundible de Steve. Después de todo, para qué cambiar lo que funciona y da confianza a los consumidores.









