Con motivo del estreno de The Fantastic Four: First Steps, Marvel desplegó esculturas monumentales con el número 4 en distintas ciudades italianas, cada una diseñada con los poderes de los héroes y fusionada con la identidad cultural de cada lugar.
Cuando se trata de conectar con audiencias globales, Marvel ha demostrado ser más que una casa de superhéroes; es una potencia creativa capaz de convertir lanzamientos cinematográficos en experiencias inmersivas. Para celebrar el estreno de The Fantastic Four: First Steps, la marca apostó por una activación fuera de lo común: llevar a cuatro ciudades italianas esculturas del icónico número 4, rediseñado para reflejar los poderes y personalidades de cada miembro del equipo fantástico. No se trató solo de arte urbano, sino de una estrategia de marketing que fusiona cultura local, storytelling y branding emocional en su máxima expresión.
Cada escultura fue ubicada en una ciudad que encarna, simbólicamente, la esencia del personaje al que representa. Matera, con su imponente arquitectura pétrea y su historia milenaria esculpida en roca, fue la elegida para representar a La Mole (The Thing), personaje cuya fuerza bruta y aspecto rocoso se alinean de manera casi poética con el entorno natural y urbano de la ciudad. Esta elección no solo conecta visualmente con el héroe, sino que convierte a Matera en una extensión narrativa del universo Marvel, generando una experiencia sensorial que va más allá de la pantalla.
En Nápoles, la pasión, el caos vibrante y la energía ardiente de la ciudad encontraron su par perfecto en la figura de la Antorcha Humana. La escultura ubicada allí reimagina el número 4 envuelto en fuego estilizado, encendiendo la imaginación de los transeúntes y recordando que un buen producto (en este caso, una película) puede vivir en múltiples formatos cuando la ejecución es audaz. Alghero, por su parte, acogió la escultura inspirada en la Mujer Invisible, envuelta en juegos de transparencia y reflejos que invitan a explorar lo que está presente, pero no siempre visible: una metáfora perfecta tanto del personaje como del poder de la sutileza en el marketing actual.
Turín, cuna de la ingeniería, la ciencia y el diseño, se convirtió en el escenario ideal para Mr. Fantástico. Allí, el número 4 cobra vida con formas alargadas y estructuras flexibles que evocan el poder de estiramiento del personaje. Esta escultura no solo destaca por su diseño técnico, sino por cómo refleja la adaptabilidad de una marca como Marvel, que sabe reinventarse constantemente para mantenerse relevante en un mercado saturado. Cada una de estas piezas no es solo una obra de arte; es un punto de contacto, una conversación entre marca, ciudad y público.
Lo verdaderamente brillante de esta activación es su capacidad para generar contenido compartible en un mundo gobernado por la imagen. Las esculturas no solo son atractivas para el público local, sino que han sido diseñadas estratégicamente para ser “instagrameables”, asegurando una segunda vida digital en redes sociales. Esto convierte a cada ciudad en un microcentro de difusión global, donde los visitantes se convierten en embajadores involuntarios del estreno. Una acción de branding emocional que no vende directamente, pero sí impacta profundamente.
Con el estreno de The Fantastic Four: First Steps programado para el 24 de julio, Marvel apunta no solo a superar las entregas anteriores —que han tenido resultados mixtos— sino a redefinir la forma en que se presenta una película de superhéroes. Esta estrategia territorial y emocional demuestra que en la era de las audiencias exigentes y los mercados fragmentados, las marcas que saben conectar con lo local, lo visual y lo emocional son las que realmente logran destacarse. Italia, Marvel y los Cuatro Fantásticos acaban de enseñarnos cómo se hace una campaña… fantástica.