“Crierball” es un lanzamiento especial de whisky infusionado con lágrimas de los fanáticos del fútbol. Se trata de un invento de la marca canadiense Fireball Distillery que apelando al humor y el absurdo para conectar con los fanáticos. «Queríamos capturar el alma de las rivalidades; es decir, las lágrimas de los perdedores”
¿El humor y el absurdo pueden ser la base para conectar con la atención de los consumidores y captarla? La marca de whisky Fireball apela a ese truco publicitario para brindarles a sus clientes un momento importante. ¿Cómo? Con el lanzamiento de una edición especial más picante y que se centra en la rivalidad deportiva. Se trata de Crierball, una versión de la bebida infusionada con lágrimas reales de los fanáticos que perdieron. Esta es la audacia.
La marca está de acuerdo con los aficionados del fútbol americano en el que este deporte no se trata solo de resultados. De hecho, comparte la idea de que todo se enfoca en la pasión y el orgullo. Por eso su lanzamiento podría asemejarse a la expresión “en tu cara”, donde no solo la victoria es importante, sino que la desgracia del rival resulta placentera.
«Nuestra marca se basa en adoptar ese espíritu competitivo. Pero lo intensifica con un poco más de picante», afirma Danny Suich, director de marca global de Fireball. «Queríamos capturar el alma de las rivalidades. Es decir, las lágrimas de los perdedores, en los partidos más importantes de esta temporada».
¿Cómo se elabora un whisky infusionado con lágrimas de los fanáticos del fútbol?
Cuando Fireball afirma llevar al mercado un whisky infusionado con lágrimas de los hinchas no bromea. De hecho, a través de sus plataformas en redes sociales, comunicó a sus seguidores el mecanismo de recolección. Sus equipos de “Recolectores de Lágrimas” estarán afuera de los partidos más icónicos como Florida vs. Georgia y los Packers vs. Bears, Fireball. La idea es conseguir donantes.
Sobre la audaz jugada, un estudio publicado en el Journal of Business Research profundizó en este concepto. Así, encuestó a más de 5400 aficionados de seis ligas diferentes para entender por qué a veces nos encanta ver perder a otros. Resulta que, cuando los aficionados sienten que han sido tratados injustamente o chocan culturalmente con sus rivales, es más probable que experimenten schadenfreude; es decir, una especie de pequeña alegría por la desgracia ajena.