Una investigación inglesa, publicada en BMJ Open, demostró que casi la mitad del trabajo no médico puede automatizarse y, según Diego Pereyra, Global Healthcare Director en Softtek, ello reduce los costos operativos hasta en un 25%.
La inteligencia artificial (IA) viene revolucionando distintos rubros, por medio de la automatización de procesos. Esto favorece al aumento de la producción de diversas maneras y el sector médico no es la excepción.
Sobre ello, la Asociación Médica Americana apunta que los médicos destinan apenas el 27% de su tiempo a la atención clínica directa. De manera que casi la mitad de su jornada transcurre entre registros electrónicos y tareas administrativas.
En tanto, una investigación en Inglaterra, publicada en BMJ Open, demostró que casi la mitad del trabajo no médico puede automatizarse. Para Diego Pereyra, Global Healthcare Director en Softtek, ello reduce los costos operativos hasta en un 25%.
Bajo ese contexto, la IA se presenta como un aliado estratégico. “Los centros que han implementado estas tecnologías reportan incrementos del 30% al 40% en pacientes atendidos sin necesidad de aumentar la plantilla médica. Al mismo tiempo, la automatización de agendas, turnos y documentación reduce los costos operativos hasta en un 25%”, explica Pereyra.
Resultados medibles
En ese sentido, los sistemas de IA para programación de cirugías reducen tiempos muertos en un 35%, lo que permite entre dos y tres procedimientos adicionales por día en el mismo quirófano. Por su parte, los médicos que usan asistentes virtuales aumentaron su productividad un 45%, mejorando tanto la cantidad de pacientes atendidos como la calidad de los diagnósticos.
Otro avance clave es la automatización de historias clínicas. “La transcripción automática de consultas libera unos 90 minutos diarios por médico, tiempo que se reinvierte directamente en atención facturable. Además, reduce errores y garantiza registros más completos y precisos”, añade Pereyra.
Además, el payback promedio de las implementaciones se ubica entre 8 y 12 meses, con incrementos en ingresos de entre 20% y 35% en el primer año. Al mismo tiempo, la reducción de costos operativos se sitúa entre 15% y 25%, y la satisfacción del paciente mejora entre 40% y 60%.
“El marco regulatorio se está desarrollando, la tecnología está madura y los casos de éxito internacionales proporcionan el roadmap perfecto. La pregunta no es si se debe invertir en IA, sino si los centros de salud pueden permitirse no hacerlo mientras la competencia toma la delantera”, enfatiza Pereyra.