La marca automotriz impulsa una campaña creada junto a Ogilvy Grecia y coloca la supervivencia de las mujeres en el centro del mensaje, apelando a una realidad alarmante en el país europeo.
La conversación sobre la violencia de género suele llegar acompañada de cifras duras en la mayoría de países, instituciones debilitadas y sobrevivientes que enfrentan sus procesos prácticamente solas. En Grecia, esa situación se vuelve más compleja por un contexto donde el 37% de mujeres ha sufrido agresiones físicas o sexuales, según el Instituto Europeo para la Igualdad de Género. Frente a ese panorama, Toyota Hellas decidió irrumpir con una campaña que no busca vender un vehículo, sino recordar la urgencia de escapar a tiempo.
El proyecto coincide con un periodo en el que diversas organizaciones alertan sobre la reducción del financiamiento global destinado a iniciativas de apoyo para víctimas. En ese escenario, la automotriz tomó una postura directa al anunciar el respaldo económico a DIOTIMA, una ONG que brinda asesoría legal y acompañamiento psicosocial gratuito a mujeres en situación de violencia.
Toyota y la historia que desafía las reglas de la publicidad tradicional
La pieza audiovisual creada por Ogilvy Greece narra el instante en el que una mujer decide dejar atrás a su agresor. Antes del amanecer, con su bebé dormida en brazos, toma lo indispensable y se marcha en silencio. Lo notable es que la protagonista huye en un auto Ford, una decisión narrativa que refuerza el mensaje central de la campaña. Al cierre del video, Toyota aparece únicamente para decir: “No importa qué coche conduzcas, siempre y cuando te alejes».
El corto, dirigido por Argyris Papadimitropoulos y producido por Foss Productions, se difundió en redes sociales griegas días antes del 25 de noviembre, fecha en la que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Su impacto fue inmediato ya que miles de usuarios compartieron la pieza y comentaron la fuerza emocional del relato.
Más allá de la reacción digital, la campaña busca abrir una conversación más amplia sobre el abandono institucional que enfrentan muchas sobrevivientes. Al presentar a Toyota como un «vehículo de escape» simbólico y no como un producto, la marca desplaza el foco hacia la importancia de que cada mujer pueda tomar una decisión segura cuando enfrenta una situación de riesgo.










