La vivienda utilizada como fachada en la popular serie ahora recibe visitantes en Georgia, donde sus dueños recrearon un ambiente ochentero inspirado en Hawkins sin vínculo oficial con Netflix.
Mientras los seguidores esperan la segunda parte de la última temporada, la famosa casa de los Byers vuelve a la conversación pública gracias a un peculiar alojamiento disponible en Airbnb. La propiedad, ubicada en Fayetteville (Georgia), se ha convertido en una atracción para quienes desean sentir de cerca la atmósfera del pueblo ficticio de Hawkins.

La vivienda ganó notoriedad porque Netflix utilizó su fachada para grabar varias escenas clave de la historia. Aunque el interior nunca apareció en la serie, los actuales propietarios decidieron transformar cada espacio para ofrecer una experiencia inmersiva basada en la estética y el espíritu de los años 80.
Airbnb y la recreación ochentera de la casa de los Byers
La iniciativa incluye muebles retro, iluminación tenue y elementos decorativos que evocan los primeros capítulos del programa. En el anuncio también invitan a los visitantes con la frase: “¿Te atreves a adentrarte en el Upside Down? Visita el emblemático lugar de rodaje que sirvió de hogar a Jonathan, Joyce y Will Byers en la exitosa serie Stranger Things”.
Aunque el concepto apunta a la recreación visual, los dueños recomiendan a los huéspedes mantener expectativas razonables. Algunos aparatos antiguos pueden funcionar con mayor lentitud, pero la vivienda incorpora electrodomésticos actuales para asegurar un viaje cómodo.

La casa también integra actividades pensadas para reforzar la inmersión. El lugar ofrece juegos como Dungeons & Dragons, vinilos con bandas clásicas, películas en VHS y bicicletas similares a las que usan los protagonistas en sus aventuras. Los visitantes incluso pueden ver episodios de la serie frente a la icónica pared de luces navideñas, recreada como un guiño directo al salón de los Byers.
El alojamiento admite hasta seis personas, con tres habitaciones y dos baños. Asimismo, su tarifa roza los 1.000 dólares por noche, un precio que apunta a convertir la estadía en una experiencia temática más que en un simple hospedaje.











