Con una estrategia disruptiva y emocional, la billetera digital presentó una campaña que une propósito, tecnología y creatividad con un enfoque inclusivo. Mercado Negro conversó con Alessandra Pinto, Head de Comunicación Externa de Yape, para conocer cómo la marca está transformando la forma de comunicar la accesibilidad.
El pasado 10 de noviembre, Yape sorprendió a su comunidad digital con una publicación que parecía no decir nada: una imagen morada con el mensaje «No hay ninguna descripción de la foto disponible». Lejos de ser un error, la pieza fue el punto de partida de una campaña que buscó despertar empatía al poner a los usuarios en el lugar de las personas con discapacidad visual.
Al día siguiente, la marca complementó la historia con un video testimonial protagonizado por Junior Gálvez, un joven invidente que contó cómo la accesibilidad de la aplicación le permite usarla de manera autónoma. La acción logró lo que pocas campañas digitales consiguen: convertir la ausencia en mensaje.
Sin imágenes ni grandes slogans, Yape demostró que comunicar también puede significar escuchar y hacer sentir. Asimismo, la propuesta, aparte de evidenciar una problemática cotidiana en el entorno digital, reforzó su compromiso por acercar la tecnología a todos, sin distinción.
Cuando el propósito impulsa la creatividad
Para Alessandra Pinto, Head de Comunicación Externa de Yape, la campaña surgió con el propósito de evidenciar las dificultades que enfrentan las personas con discapacidad visual al navegar en entornos digitales. «Desde Yape quisimos revertir los roles, invitando a todos nuestros seguidores a ‘ver’ el mundo desde su perspectiva, mostrando lo que experimentan cuando un post no tiene descripción», explicó.
La acción tuvo un doble objetivo: sensibilizar a la audiencia general y reafirmar el compromiso con más de 100 mil usuarios con discapacidad visual que usan la app. A través del texto alternativo oculto en la publicación, el mensaje llegó directamente a quienes utilizan lectores de pantalla, lo que reforzó el sentido de pertenencia y accesibilidad real que la marca busca construir.
Por otro lado, Pinto destaca que este proceso fue más que una acción de marketing: «Comprendimos que la accesibilidad no debe pensarse como una adaptación posterior, sino como parte del diseño desde el inicio. Más allá de la técnica, se trata de empatía: hacer que cada persona pueda sentirse parte del mensaje de Yape».
Yape y la comunicación que deja huella
De cara al futuro, Yape tiene previsto seguir fortaleciendo sus estándares de accesibilidad y su enfoque en diseño inclusivo. La marca no solo busca adaptarse a las necesidades de las personas con ceguera total, sino también de aquellas con baja visión.
«A partir de esta investigación, seguiremos fortaleciendo una comunicación que visibilice la inclusión y promueva la autonomía de las personas con discapacidad visual», explicó Alessandra Pinto. Además, incorporará mecanismos de retroalimentación con usuarios reales para seguir mejorando la experiencia.










