El cortometraje de Scorsese para Bleu de Chanel se despliega como una narrativa visual en blanco y negro, con el color azul emergiendo como un elemento recurrente y simbólico.
Hace casi un año, se filtraron las primeras imágenes del esperado cortometraje Bleu de Chanel dirigido por el legendario Martin Scorsese y protagonizado por Timothée Chalamet. Hoy, por fin, la marca ha lanzado la campaña completa de 90 segundos, y ha superado todas las expectativas.
El cortometraje de Scorsese para Bleu de Chanel se despliega como una narrativa visual en blanco y negro, con el color azul emergiendo como un elemento recurrente y simbólico. Chalamet, con un atuendo de cuero elegante, se mueve a través de varios escenarios icónicos que encapsulan estereotipos de la actuación: desde ser perseguido por los paparazzi al salir de su apartamento, hasta deslumbrar en un programa de entrevistas nocturno, donde un miembro del público le grita: «¡Timmy, te quiero!», y él responde con su característico carisma: «Gracias».
Cada escena está meticulosamente diseñada para capturar la esencia del estrellato y el glamour asociado con la marca Chanel. La elección del blanco y negro no solo añade un aire de elegancia clásica, sino que también destaca el azul, que aparece sutilmente en momentos clave, guiando a Chalamet a través de su viaje.
La narrativa del azul
El color azul en la campaña no es un mero adorno; es un personaje en sí mismo. A lo largo del anuncio, Chalamet sigue el rastro del azul, que parece llamarlo hacia una búsqueda de autenticidad y libertad. En una de las escenas más memorables, se encuentra con la actriz Havana Rose Liu, cuya presencia añade una capa de intriga y romanticismo. Juntos, emprenden un viaje que culmina en una estación de tren, específicamente el tren J de Nueva York.
Este tren es un símbolo de libertad y nuevos comienzos. En el clímax del cortometraje, Chalamet finalmente se libera de la monotonía del blanco y negro, encontrando su vida a todo color. Este momento no solo marca el punto culminante de la acción publicitaria, sino que también encapsula el mensaje central de Bleu de Chanel: la búsqueda y realización de uno mismo.
La dirección de Martin Scorsese aporta una profundidad cinematográfica inusual para un anuncio publicitario. Conocido por su maestría en la creación de personajes complejos y narrativas visuales ricas, el cineasta logra convertir un simple comercial en una obra de arte. Timothée Chalamet, por su parte, aporta su magnetismo natural y talento actoral, haciendo que cada escena sea convincente y emocionalmente resonante.