Con su más reciente campaña global “Follow your monkey”, la firma de accesorios impulsa un relato centrado en la espontaneidad y la conexión emocional.
Con la nueva campaña global de Kipling, “Follow your monkey”, la marca belga de accesorios rescata a su clásico mono, un ícono que durante años ha colgado de mochilas y bolsos, para transformarlo en el protagonista de una historia sobre libertad, movimiento y autenticidad.
Lejos de quedarse en el plano decorativo, el personaje se convierte ahora en una metáfora de la actitud con la que la marca busca reconectarse con el público al invitarlos a seguir los impulsos, a disfrutar del viaje y a dejarse llevar por el momento. De esa forma, Kipling da un giro a su narrativa para posicionar su símbolo más reconocible como el hilo conductor de una nueva etapa de comunicación.
Kipling y su mono con propósito
La campaña arranca con un cortometraje protagonizado por una joven viajera que recorre la ciudad con una maleta de la marca. Al subir a un taxi, la conductora reacciona al ver el llavero del mono y su entusiasmo pronto contagia a todos a su alrededor desde peatones y ciclistas hasta otros conductores que se suman al juego, generando una cadena de energía positiva y desenfadada. El relato concluye con un guiño cómplice cuando la joven taxista “toma prestado” el llavero, reforzando el mensaje de la campaña: seguir la intuición, disfrutar del instante y no tomarse la vida tan en serio.
Más allá de su tono alegre, la campaña global refleja una estrategia clara de revitalización de marca. Kipling apuesta por una comunicación basada en la emoción y la cercanía, desplazándose de lo aspiracional hacia lo vivencial. El mono deja de ser un simple accesorio para convertirse en un símbolo del espíritu libre que la marca quiere transmitir en su nueva era.