Aunque los retos pueden estar libres de riesgos y hasta ser educativos, los problemas empiezan cuando todo se escapa de las manos de la marca organizadora.
La gran mayoría de challenges aparecen como algo graciosos en el entorno de estudiantes adolescentes y/o universitarios. Este es el caso de Mannequin Challenge, conocido en español como el reto del maniquí, que se hizo viral en octubre de 2016 y consistía en posar inmóvil mientras una cámara en movimiento filmaba. Luego se subía a las redes generalmente con el tema musical Black Beatle, de Rae Sremmurd de fondo. En el reto participaron Hillary Clinton, Paul McCartne y Cristiano Ronaldo, mientras que Rae Sremmurd conquistaba la primera posición de la gran lista de éxitos musicales Billboard Hot 100 en el mes de noviembre del mismo año.
@wickedgoodmoods Bringing back the MANNEQUIN CHALLENGE cuz 2016 was a better year #thanksgiving #fyp #manequinnchallenge #GivingThanks #family #getusfamous ♬ mannequin challenge – tyler funke !
Pero antes de este reto apareció el Ice Bucket Challenge, un desafío supuestamente solidario en el que se debía verter un balde de agua helada sobre la cabeza para dar visibilidad y recaudar fondos para la investigación de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Bill Gates, Steven Spielberg o Justin Bieber fueron algunos de los famosos que contribuyeron a la causa.
@highfashionwalker #DonatellaVersace accept the #ALS #IceBucketChallenge | Talent: #ChristianArnoWilliams #MaxWefers ♬ original sound – UG – High Fashion Walker
En el Ice Bucket Challenge se consumía agua de manera irresponsable, pero hay otros que incluso atentan contra la salud como el Knockout. Se trataba de provocar un desmayo suprimiendo la entrada de oxígeno al cerebro, atando algo al cuello o con ayuda de algún amigo. Este reto causó la muerte del joven británico de 12 años Archie Battersbee.
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Las marcas challenger
En esta línea han aparecido las “marcas challenger”, que se presentan a sí mismas como atrevidas, valientes y retadoras, que aceptan el riesgo como algo necesario para ganar. Estas marcas suelen lanzar retos para aumentar su popularidad en las redes sociales.
Ejemplo de esta estrategia es yoPRO, desafío con el que Danone retaba a los deportistas a recorrer rutas y compartir a través de fotos y vídeos la prueba a la vez que publicaba recetas Alpro con su producto como ingrediente.
Asimismo, la startup The Good Goal ha sacado aplicaciones que invitan a los usuarios a retarse diariamente a reducir su impacto medioambiental adoptando nuevos hábitos y acciones.
Como se observa, los retos pueden estar libres de riesgos y hasta educativos. Sin embargo, el problema empieza cuando todo se escapa de las manos de la marca organizadora.
Los riesgos
Netflix, por ejemplo, en el marco del lanzamiento de la película Bird Box, creó un reto que consistía en grabarse haciendo cosas con los ojos vendados, imitando a los protagonistas de la película. Algunos llegaron hasta a conducir con los ojos cerrados, motivo que llevó a YouTube a aplicar sus políticas de restricción de contenidos y a prohibir los vídeos de bromas y retos peligrosos.
La plataforma de streaming tuvo que emitir un comunicado a través de Twitter pidiéndole a los fans que abandonaran el reto.