Para competir con Meta, la compañía está desarrollando dos modelos de gafas inteligentes: uno sin pantalla para 2027 y otro con realidad aumentada para 2028, priorizando ligereza, uso diario y conexión con Apple Intelligence.
Apple se prepara para entrar en un nuevo terreno: el de las gafas inteligentes. Según Bloomberg, la compañía está desarrollando dos modelos que marcan su siguiente gran apuesta tras el Vision Pro.
En ese sentido, la estrategia busca ofrecer una experiencia más ligera, cómoda y accesible, pensada para el día a día, y no sólo para usos profesionales o de entretenimiento inmersivo. El primer modelo se lanzaría en 2027, sin pantalla incorporada, mientras que una versión más avanzada, con funciones de realidad aumentada (AR), llegaría al mercado en 2028.
Esta tecnología permite ver contenido digital integrado al entorno real, como traducciones, notificaciones o indicaciones de navegación, sin necesidad de mirar una pantalla, un paso más hacia la integración total entre lo físico y lo digital.

Un movimiento estratégico frente a Meta
Esta decisión no es casual, ya que desde que Meta lanzó con éxito sus Ray-Ban inteligentes, el segmento de gafas con inteligencia artificial ha crecido rápidamente, y Apple no podía quedarse atrás.
De esa manera, para acelerar el desarrollo, la empresa habría reasignado parte del equipo Vision Pro al proyecto de gafas, dejando en pausa temporal el modelo más asequible del visor, conocido internamente como Vision Air.
Este cambio refleja un giro en las prioridades de la compañía: apostar por un producto más cercano al usuario promedio, capaz de combinar moda, funcionalidad y tecnología, tal como ocurrió con el Apple Watch.

Tecnología discreta, diseño cotidiano
Aunque Apple no ha confirmado oficialmente el proyecto, reportes de Bloomberg y otras fuentes internas especializadas apuntan a un dispositivo que podría incluir altavoces, micrófonos y cámaras integradas, con soporte para comandos de voz mediante Siri y funciones impulsadas por Apple Intelligence, su nueva plataforma de inteligencia artificial.
El diseño sería personalizable, con diferentes materiales y estilos de montura, además de opciones de lentes de sol o graduadas. Se espera que las gafas requieran conexión con un iPhone para procesar la mayoría de funciones, y que su precio oscile entre 400 y 600 euros.

Además, entre sus posibles características destacan la traducción en tiempo real, la captura de fotos y videos, la reproducción de música y podcasts, y la identificación visual de objetos o lugares, todo controlado por voz.
Con esta apuesta, Apple busca dar forma a la próxima generación de “wearables», un mercado donde la frontera entre tecnología y estilo de vida es cada vez más delgada. Si los plazos se cumplen, sus primeras gafas inteligentes podrían convertirse en el sucesor natural del smartphone y abrir un nuevo capítulo en la forma en que interactuamos con el entorno.