New Save Collective y otros grupos convierten dos de los videojuegos más populares del mundo en entornos de entrenamiento ciudadano, una estrategia que abre un capítulo para el marketing social dentro del gaming.
Durante años, Fortnite y Grand Theft Auto V dominaron el entretenimiento digital gracias a su acción y caos. Ahora, un grupo de activistas decidió aprovechar esa misma intensidad para enseñar cómo reaccionar ante una intervención policial o migratoria en la vida real. Esta iniciativa, liderada por New Save Collective, replantea el uso de mundos virtuales como espacios de educación cívica y marca un giro interesante para el marketing social que busca impactar a audiencias jóvenes.
El colectivo organiza sesiones abiertas donde jugadores de distintas edades participan en simulaciones que recrean momentos de tensión. Algunos asumen el rol de agentes, otros de ciudadanos y un grupo adicional observa, interviene o registra la escena.
PitaBreadFace, uno de los organizadores, resume para El País la motivación detrás del proyecto con una frase que expresa el espíritu del movimiento: “Actualmente hay mucha gente aislada y asustada”. Para él, el juego se convierte en un lugar donde las personas pueden practicar respuestas, perder el miedo y conectar con otras realidades.
Del entretenimiento a la pedagogía: una estrategia que crece
New Save Collective detectó que los videojuegos funcionan como laboratorios sociales que permiten ensayar comportamientos y aprender dinámicas complejas sin la rigidez de los formatos tradicionales. Esa lógica les abrió la puerta a construir una comunidad que valora el aprendizaje a través del juego y que responde mejor a mensajes integrados en experiencias interactivas que a campañas informativas clásicas.
Además, la iniciativa desmonta estereotipos sobre la cultura gamer. Para PitaBreadFace, existe una narrativa que pinta a los jugadores como un grupo homogéneo y poco interesado en temas sociales. Él rechaza esa visión y sostiene que grandes audiencias permanecen dispuestas a involucrarse en causas relevantes. “Debemos construir instituciones igual de grandes, dentro de la comunidad de jugadores”, afirma para el medio español, convencido de que estos espacios necesitan voces diversas y estructuras que promuevan valores inclusivos.
Los colectivos detrás de estas misiones aseguran que seguirán expandiendo actividades y alianzas dentro de distintos títulos. Su meta es que los videojuegos ya no solo entretengan, sino que preparen a los jugadores para situaciones que pueden marcar sus vidas fuera de la pantalla.









