La cadena estadounidense de comida rápida prueba un modelo de servicio automatizado en un hospital de Georgia, donde médicos, visitantes y pacientes buscan opciones de alimentación rápidas y accesibles en cualquier momento del día.
Chick-fil-A quiere estar más cerca de sus clientes y disponible en cualquier momento del día. Por eso, la cadena estadounidense de comida rápida está probando una nueva experiencia: su primera máquina expendedora de productos frescos, disponible las 24 horas.
Justamente, la máquina se encuentra en prueba temporal dentro del Wellstar MCG, un hospital ubicado en Augusta, Georgia. Está instalada justo en la entrada “F” del recinto, sobre Harper Street.
Esta iniciativa tuvo como objetivo ofrecer comidas rápidas y frescas al personal médico, pacientes y visitantes que no siempre tienen acceso a opciones convenientes de alimentación. De esa manera, el equipo funciona como un mercado autoservicio con control de temperatura y una interfaz digital que permite pagar y recoger el pedido en segundos.
El surtido incluye el Chick-fil-A Cool Wrap con Avocado Lime Ranch, el Southwest Veggie Wrap con Creamy Salsa, y sus clásicas Waffle Potato Chips en dos sabores. Cada wrap está sellado y empaquetado con una servilleta, listo para llevar.
Cabe resaltar que la compra es totalmente digital y no acepta efectivo. Los usuarios pueden pagar con tarjeta de crédito o débito, así como con medios electrónicos como Apple Pay o Google Pay.
Además, la máquina controla los tiempos de caducidad y bloquea los productos vencidos para que no lleguen al cliente. Cuando algo está por expirar o se acaba, el equipo de reposición lo cambia de inmediato por alimentos frescos. Con esta prueba inicial, la marca busca mantenerse cerca de sus consumidores y llevar su oferta a más momentos del día, sin depender del horario de un local físico.










