La marca presentó un convertible a tamaño real construido con más de 418 mil piezas, en el que aparecieron Verstappen, Norris y Russell, convirtiéndose así en una de las acciones más comentadas del evento en Las Vegas.
La Fórmula 1 vivió un momento insólito durante el Grand Prix de Las Vegas cuando un Cadillac rosa, construido con más de 148 mil piezas de LEGO, recorrió parte del circuito ante miles de aficionados. El vehículo, un descapotable inspirado en los modelos clásicos de los años 50, avanzó como si formara parte natural del espectáculo, aunque su estructura escondía un trabajo de ingeniería poco habitual en la categoría reina del automovilismo.
El auto apareció en escena con Max Verstappen, Lando Norris y George Russell sentados en la parte trasera, mientras Terry Crews los conducía con total naturalidad. La imagen, pilotos de élite, un actor reconocido y un automóvil ensamblado a mano durante meses, se convirtió en uno de los momentos más fotografiados del evento.
LEGO x Cadillac: un show propio dentro del Gran Premio
LEGO diseñó el convertible para que funcionara como un vehículo real: luces operativas, sonido, una llave hecha de ladrillos y una estructura de casi dos toneladas que soporta el movimiento sin perder estabilidad. Los fans pudieron verlo de cerca en el paddock durante todo el fin de semana, antes de que saliera a rodar por las calles de la ciudad. La marca reunió a diez constructores para trabajar durante cuatro meses en la pieza, que también alcanza los 20 km/h sin comprometer la fidelidad del diseño.
La activación formó parte de una colaboración que LEGO mantiene con la Fórmula 1 desde años anteriores. Emily Prazer, directora comercial de F1, destacó el impacto de la acción: «Ha sido fantástico trabajar con el Grupo LEGO para aportar nuevas ideas y creatividad a los aficionados. (…) Una vez más nuestra colaboración con el Grupo LEGO ha subido el listón».










