El sector hotelero ha sido durante mucho tiempo una industria atractiva para los inversionistas, y no es sorprendente que algunos deportistas también hayan incursionado en este campo.
El sector hotelero ha sido durante mucho tiempo una industria atractiva para los inversionistas, y no es sorprendente que algunos de los nombres más prominentes del deporte también hayan incursionado en este campo.
Esta semana, Rafael Nadal, en colaboración con Meliá Hotel International y su fundador Gabriel Escarrer, inauguró el primer hotel de ZEL, la nueva marca nacida de esta asociación, en Palmanova (Mallorca). Este exclusivo establecimiento cuenta con un total de 165 habitaciones.
Mientras que Lionel Messi dio inicio a su aventura empresarial en 2017 al asociarse con el grupo Majestic Hotel Group. De esta colaboración surgió la cadena MIM, que cuenta con seis edificios ubicados en destinos exclusivos como Sitges, Sotogrande, Mallorca, Ibiza, Baqueira Beret y Andorra.

Por otro lado, en 2016 Cristiano Ronaldo y el Grupo Pestana, liderado por su presidente Dionisio Pestana, firmaron una «joint venture» de 75 millones de euros para crear la marca Pestana CR7 Lifestyle Hotels. Esta marca ha abierto establecimientos en Funchal, Lisboa, Madrid, Nueva York y más tarde en Marrakech.
¿Pero qué motiva a estos reconocidos deportistas a aventurarse en el negocio hotelero? Luis García Álvarez, Gestor del Fondo Mapfre AM Behavioral Fund, detalló a EFE los motivos que llevan a estas figuras del deportes a valorar las “finanzas del comportamiento”.
“El deportista del siglo XXI tiene a su disposición una serie de herramientas para que su impacto no se limite exclusivamente a los resultados que conseguidos en su disciplina durante su etapa en activo. Sus conocimientos en determinadas áreas, carácter, contactos y repercusión pública les colocan en una posición de clara ventaja para emprender o invertir en ciertos sectores, si dedican tiempo a formarse y eligen la compañía adecuada”, afirma García Alvarez, quien es además conductor del podcast ‘La Bolsa del deporte’ y coautor, junto a Julio García Mera, del libro ‘Alto rendimiento: del deporte a la empresa’.
La inversión en hoteles ofrece una oportunidad de diversificar sus carteras y generar ingresos adicionales más allá de sus carreras deportivas. Con una amplia base de fanáticos y una gran visibilidad pública, estos deportistas tienen la capacidad de aprovechar su reconocimiento y reputación para atraer a los huéspedes y promocionar sus propias marcas.

“Para dar sus primeros pasos en el mundo de la inversión, muchos de estos deportistas eligen sectores en los que se sienten particularmente cómodos. Es el caso, por ejemplo, de Rafa Nadal, Messi o Cristiano Ronaldo, que han inaugurado cadenas propias de hoteles. Se trata de negocios que conocen bien y cuyas dinámicas financieras no resultan excesivamente complejas de entender. Sus carreras han llevado a estos deportistas a viajar de manera muy frecuente, por lo que han tenido ocasión de acumular multitud de experiencias, positivas y negativas, en este sector. Su experiencia, por tanto, puede aportar valor en el desarrollo del negocio”, resalta.
Además, el sector hotelero es conocido por ser resistente a las fluctuaciones económicas y tener un potencial de crecimiento constante. Las inversiones en hoteles a menudo brindan rendimientos estables a largo plazo, lo que resulta atractivo para aquellos que desean asegurar su futuro financiero.
“La otra ventaja de que los deportistas inviertan en sectores relacionados con el consumo, la salud o el ocio es el impacto positivo de asociar su imagen a una determinada marca. Es la evolución natural del patrocinio tradicional. Con las ventajas, para ambas partes, de que el deportista forme parte del accionariado de la compañía. A día de hoy, las grandes estrellas cuentan con plataformas propias, como son las redes sociales, en las que pueden dar visibilidad a estas empresas y llegar a millones de potenciales clientes que les ven como referentes y creadores de tendencias de consumo”, señala García Álvarez.

Para Nadal, Messi y C.Ronaldo, invertir en hoteles es una manera de diversificar sus carteras, establecer un legado duradero y aprovechar su influencia para atraer a huéspedes y promocionar sus propias marcas. Con su enfoque en la excelencia y la atención al detalle, estos deportistas están dejando una marca en la industria hotelera y demostrando que su éxito trasciende las canchas de juego.