Escrito por: Juan José Velezmoro, Director Creativo en Foodie Enmascarado.
El apetito es esa fibra que buscamos mover con nuestros esfuerzos publicitarios y campañas. Es nuestro eterno aliado al momento de comunicar promociones, ofertas, nuevos platos y cuanto mensaje hemos necesitado posicionar.
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La verdad es que durante estos años de trabajo en la industria publicitaria, escuché más de una vez el término “Appetite appeal”. Expresión anglosajona que hace referencia a cuán apetitosa luce una foto de comida. De alguna manera me acostumbré a respetar los cánones del “Appetite appeal” como si fueran dogmas de fe. El hecho es que abracé la manera en que la publicidad, durante décadas, distinguió visualmente lo rico de lo no publicable.
Con el paso del tiempo, el consumidor despertó. Las hamburguesas de los paneles publicitarios empezaron a ser percibidas como maneras poco sinceras de promoción y las fotos de platos en fondos blancos y perspectivas pegadas a la letra, perdieron vigencia.
Sin ánimo de entrar en controversia con los especialistas en Food styling, tengo una hipótesis: si existe la necesidad de evolución de la comunicación visual de nuestra industria, ¿no deberíamos refundar nuestros códigos en función de las preferencias visuales de los consumidores?
Por otro lado, ¿cuál es la convención de las audiencias en torno a fotos de comida? La respuesta está en internet, puntualmente en Instagram y bajo el título de #FoodPorn. Desde el año 2010 hasta la fecha, más de 112 millones de fotos han sido subidas a esta red social con el uso de dicho hashtag.
Más allá de ser tendencia, es la definición de los códigos visuales habituales para el consumidor. Entonces, ¿no debería ser su investigación y entendimiento nuestro punto de partida?
El Food Porn se define por elementos sensoriales que componen una foto de comida, iluminación que resalta los colores y texturas, el estilo POV (point of view) del encuadre, la magnificación del plato versus la preocupación por la composición prolija. Basta con echar un vistazo a la cuenta de Instagram de Jamie Oliver, el Chef publica fotos superlativas que carecen de filtros propios del app, están trabajadas desde la toma y edición para lucir exquisitas, erotismo gastronómico.
Sin más, me despido, tengo una cita con un Lomo saltado que conocí en Tinder.
Juan José Velezmoro, Director Creativo en Foodie Enmascarado.