La campaña “Hasta los vampiros donamos”, impulsada por Kandavu en el marco del concierto de The Smashing Pumpkins, demostró que la cultura pop puede movilizar a jóvenes hacia causas sociales urgentes como la donación de sangre.
En el Perú, la donación de sangre sigue siendo un desafío. De acuerdo con el Ministerio de Salud (MINSA), apenas el 1,36% de la población peruana dona sangre voluntariamente, lejos del mínimo del 10% que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). En ese sentido, los hospitales dependen en gran medida de familiares o conocidos de los pacientes para cubrir la demanda de transfusiones.
En este contexto, una campaña orquestada por Kandavu Producciones propuso un giro innovador: convertir la pasión por la música en un motor de solidaridad. Bajo el lema “El rock salva vidas” y el mensaje “Hasta los vampiros donamos”, la iniciativa incentivó a los fanáticos de The Smashing Pumpkins a donar sangre a cambio de un 50% de descuento en las entradas para su concierto. Lo que en principio parecía una estrategia promocional terminó siendo un puente entre el entretenimiento y la salud pública.
«El rock salva vidad»: del escenario al banco de sangre
Se habilitaron puntos de donación en hospitales y bancos autorizados, donde los interesados podían acudir, realizar la donación y recibir un código válido para acceder al descuento. Cada comprobante de donación se transformaba así en una entrada, pero sobre todo en una posibilidad de salvar vidas.
Además, el impacto no se limitó al canje de descuento. En redes sociales, los propios asistentes compartieron sus constancias como símbolo de orgullo, lo que generó más de 2,400 interacciones orgánicas en las publicaciones relacionadas, según datos de la productora. De esta manera, la campaña logró visibilidad sin necesidad de grandes inversiones en publicidad, apelando al entusiasmo de los propios fans.

Sin prometer soluciones definitivas, “Hasta los vampiros donamos” mostró que el entretenimiento puede trascender el escenario y convertirse en un aliado de causas de salud pública. El rock, en este caso, no solo llenó un estadio, también contribuyó a llenar bancos de sangre.