Criar ya no es solo cuidar: para muchos padres de esta generación es narrar, compartir y transformar cada momento en una experiencia visualmente significativa.
Hasta hace poco, la figura del padre en la publicidad estaba ligada a la autoridad, la fuerza o la torpeza entrañable. Pero ese estereotipo comienza a desdibujarse. Los nuevos padres —sobre todo los de la Generación Z— están redefiniendo qué significa ser papá y cómo desean vivir y compartir esa experiencia, tanto en lo emocional como en lo digital.
En 2025, los mayores de la Generación Z tienen entre 21 y 28 años, y algunos ya han asumido la paternidad. Lo hacen desde una visión más empática y equitativa, rompiendo con los roles tradicionales de género. Estos padres se involucran activamente, comparten cuidados y valoran el vínculo emocional con sus hijos como parte esencial de su identidad.
Además, son nativos digitales: crecieron creando contenido, editando videos y participando en comunidades en línea. Para ellos, ser padre también es una experiencia estética, visible y conectada. Personalizar, compartir y vivir momentos con estilo no es un lujo, sino una necesidad cotidiana en su manera de entender la crianza.
“Los padres jóvenes de hoy no solo buscan experiencias para disfrutar con sus hijos e hijas, buscan que esas experiencias los representen. Quieren espacios que reflejen su identidad, que sean modernos, estéticos y emocionalmente significativos”, explica Natalia Sánchez, business development director en another,
El marketing de experiencias tiene una oportunidad única con este segmento, comenta Sánchez. Pero ya no basta con entregar muestras gratuitas o montar una zona de juegos en centros comerciales. Las experiencias deben ser:
- Digital-first, pero con momentos físicos memorables.
- Personalizadas, para que cada padre sienta que lo representan.
- Compartibles, con espacios visuales y narrativos que vivan en redes sociales.
- Estéticamente cuidadas, pero con un enfoque honesto y emocional.
- Con propósito, que no solo entretengan, sino que celebren nuevas formas de ser familia.
Las activaciones dirigidas a padres jóvenes pueden incluir desde pop-ups sensoriales para crear recuerdos, hasta experiencias inmersivas que combinen arte, tecnología y crianza consciente.
La Generación Z ya no se limita a consumir productos o mensajes: espera formar parte de la experiencia. Por eso, el marketing debe transformarse en una plataforma donde puedan expresar su identidad, conectar emocionalmente y resignificar la paternidad, apunta la experta en another.
“Crear experiencias para los nuevos papás no es solo una estrategia comercial: es una forma de acompañar un cambio cultural profundo. Y las marcas que lo entiendan tienen la oportunidad de conectar desde lo auténtico y lo significativo”, concluye Natalia Sánchez.